La familia del asesino confeso de Maria Luisa Jiménez, la mujer muerta a manos de su marido en la localidad pontevedresa de Vilaboa y cuyo cuerpo fue hayado este martes, se va de Galicia. Según el diario El País, la Sociedad Gitana en Galicia ha expulsado a todos los Cortiñas de la región para evitar un baño de sangre.
La decisión la ha tomado el consejo de ancianos de este colectivo, basándose en la ley no escrita de su pueblo y en el "sentido común", después de que este miércoles, en el entierro de Maria Luisa, se vivieran momentos de tensión entre gritos que llamaban "asesino" al marido de la fallecida, que reclamaban justicia y que pedían venganza.
Hasta 70 Cortiñas, entre ellos bebés y niños pequeños, habrían abandonado Galicia para afincarse en localidades de Castilla y León, mientras que el autor confeso del crimen está custodiado las 24 horas para evitar que algún preso gitano se cobre la venganza de este caso de violencia machista.
La fallecida tenía 37 años, estaba embarazada de unas seis semanas y tenía otros seis hijos. Desapareció el pasado domingo y su cuerpo no apareció hasta el martes con doce puñaladas, la mayoría en el cuello y en el costado. Según indica El País, el crimen pudo producirse por celos, ya que su marido pensaba que el hijo que llevaba dentro no era suyo, sino de su hermano.
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