El agua potable llega a las casas de Escóznar y Obéilar tras 20 años

La población se abastecía de una fuente situada a las afueras. Una vecina dona un manantial. Hoy hay una fiesta para celebrarlo.
El agua que salía de los grifos de Escóznar y Obéilar era veneno. «No servía para cocinar y mucho menos para beber», afirma María Arco, alcaldesa de la pedanía de Escóznar. Los vecinos de estos dos anejos de Íllora llevan dos décadas consumiendo agua embotellada porque la que sale por sus tuberías tiene demasiados nitratos, «veinte veces más de lo permitido», señala Arco.«Al principio había que ir a las fuentes públicas de otros municipios cercanos como Íllora o Alomartes y, desde hacía unos años, el Ayuntamiento colocó un pilar a la entrada de Escóznar (a unos 500 metros del pueblo) y allí era donde nos abastecíamos, sobre todo las personas más mayores que no podían desplazarse», relata la alcaldesa.

Ahora todo este trajín de garrafas y botellas se ha terminado gracias a la generosidad de María Teresa Almendro, una vecina que ha donado, según el Ayuntamiento, el agua del manantial situado en su cortijo de la sierra de Obéilar. Este gesto ha permitido que sus paisanos puedan beber y cocinar con agua del grifo. Las obras han sido relativamente baratas porque sólo se ha instalado un aljibe y unos cuantos metros de tuberías hasta las canalizaciones generales.

El pozo que desde hoy abastecerá oficialmente a Escóznar y Obéilar tiene un volumen fluvial de 26 metros por segundo. Pese a la sequía, no habrá restricciones.

La llegada del agua potable a las casas se celebrará hoy con una gran fiesta en la plaza Cruz de Mayo de Escóznar con actuaciones musicales y degustación de platos típicos.

Unas obras muy caras

Estos dos anejos de Íllora llevan sin agua potable veinte años porque las obras de infraestructura eran muy caras. «Había que instalar una depuradora que quitara el exceso de nitratos provocados por la contaminación de los productos químicos, que se le echa ahora a las tierras de labranza, y después otra depuradora para bajar la cal, que producía el quitarle esos minerales», señala Arco. «Una barbaridad de dinero –continúa– que no podíamos asumir».

Mostrar comentarios

Códigos Descuento