Descubre a la nueva generación de la Costura española

Diego Villalba se ocupa del atelier que creó su padre, Alfredo Villalba, desde 2006.
Diego Villalba se ocupa del atelier que creó su padre, Alfredo Villalba, desde 2006.
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Diego Villalba se ocupa del atelier que creó su padre, Alfredo Villalba, desde 2006.

España tiene una larga y prolífica tradición en Costura que ha dejado nombres que brillan con luz propia en el firmamento de la moda, del maestro de maestros Cristóbal Balenciaga al actual director creativo de DelPozo, Josep Font, único español invitado en su momento a formar parte del exclusivo club de la Alta Costura parisina. Los franceses se toman muy en serio eso de la Alta Costura, elevándola a la categoría de cuestión de Estado, y reservan ese término (Haute Couture) a un selecto ramillete de firmas que, en base a unos estrictos criterios, son recogidas en un taxativo listado que anualmente publica el Ministerio de Industria de nuestros vecinos galos. Para no herir sensibilidades chauvinistas, distinguiremos lo que se hace en España simplemente con el nombre de Costura, con mayúscula, y dejaremos que la calidad y el talento español sean los únicos adjetivos que acompañen al término.

Dicen que de las grandes crisis surgen oportunidades y esta que estamos atravesando ha dejado un efecto colateral positivo para la Costura patria: muchos jóvenes creadores de moda han centrado sus esfuerzos en ella, abandonando las incursiones en un prêt-à-porter donde, por la idiosincrasia de nuestro mercado y el difícil acceso a las redes comerciales, nunca habrían llegado a nada. No hace tanto tiempo, la Costura era algo que parecía del pasado, de señoras de otro tiempo que no conseguían adaptar a sus cuerpos los estándares de las firmas de prestigio internacional. Hoy todo ha cambiado, una nueva generación de clientas jóvenes y con una gran cultura de moda busca en los estudios de estos jóvenes modistos esa pieza singular que las haga sentirse especiales. Mujeres que quieren un toque de autor, exclusividad y aprecian el trato exquisito que reciben al pisar un atelier.

La solvencia y buen hacer de los modistos nacionales queda suficientemente acreditada en eventos como la última gala de los Premios Goya, donde las actrices apostaron fuerte por el made in Spain. Belén Rueda, Marta Etura, Carolina Bang o Nathalie Poza vistieron de Lorenzo Caprile; Leticia Dolera, de DelPozo; Ana Fernández llevaba una creación de Jorge Vázquez; Inma Cuesta y Ana Milán apostaron por Iván Campaña; Mara Larralde por el sevillano Antonio García; y así un largo etcétera. Se ha producido una importante puesta en valor de la creación nacional, que ha conseguido desplazar en gran medida a las clásicas firmas internacionales que venía vistiendo a las actrices españolas.

Nueva ola de la Costura española

En los últimos tiempos ha cobrado entidad lo que podría darse en llamar una nueva ola de la Costura española, formada por creadores de sólida formación y trayectoria que se han convertido en la sensación del momento entre las más elegantes. Uno de ellos es Ulises Mérida, un colaborador de largo recorrido del difunto Jesús del Pozo; con su propia firma, desarrolla un estilo propio basado en la desestructuración y en formas orgánicas que dotan de fluidez y libertad al diseño sobre el cuerpo de la mujer. “Considero que las prendas deben estar al servicio de la persona que las lleva para que las interprete, las haga suyas y las modele a su personalidad”, explica Mérida. “Lo más gratificante es ver cómo la clienta se siente bien cuando lleva una prenda mía. Sin duda, hay que lograr señas de identidad, una continuidad estética para conseguir que tus prendas se identifiquen como tuyas. En un mercado como este, los cambios son continuos, pero un diseñador tiene que encontrar su propio sello”.

Los integrantes de esta nueva generación tienen en común que buscan otras maneras de entender la Costura, ajustadas a un público más contemporáneo e implicado con las tendencias. Una forma de hacer “renovada, rejuvenecida y más funcional, con los matices propios del contexto en el que nos movemos”, asegura Antonio Burillo, uno de los dos integrantes (junto a Juan Carlos Fernández) de la firma The 2nd Skin Co., creada en 2006. Ellos trabajan dos líneas creativas: por un lado, un prêt-à-porter distribuido en una selecta red de tiendas multimarca, por otro, la colección Atelier, donde tienen gran protagonismo los trajes de ceremonia.

Esta nueva generación está repartida por toda la geografía española y trata de buscar pequeños nichos de mercado geográfico. Boüret es una firma de confección principalmente a medida, creada por las jóvenes diseñadoras Noela Rivera y Vanessa Datorre en 2010 en A Coruña. Tienen claro que, hoy por hoy, para triunfar en un sector tan competitivo hay que ofrecer no solo calidad sino un sello creativo propio. “Creemos que, tanto en el mercado nacional como en el internacional, el secreto está en especializarse en algo. Boüret es una firma en la que destacan siluetas muy femeninas con un corte estudiado y detalles artesanales, diseños que aúnan el encanto de la Alta Costura con las tendencias más contemporáneas. Nuestro objetivo consiste en llegar a una mujer que no tiene edad definida, pero es exigente con su imagen y le gusta diferenciarse en una ocasión especial”.

Para la mayoría de estos creadores y firmas, incluida Boüret (que tiene la línea Boüret Mariée), tiene mucha importancia el mundo de la novia. Muchos de ellos cobran especial fama a la hora de crear novias singulares y con una personalidad diferenciada. El vestido de boda siempre será la quintaesencia de la Costura más pura y absoluta, la búsqueda de la creación perfecta y única que refleje los sueños y deseos más personales de la mujer. Nacho Aguayo es uno de los valores más pujantes de la capital en cuanto a creación de Costura nupcial.

Como explica el propio Aguayo, él siempre se centra “en la novia, su visión de ella misma, lo que le apetece de partida, dónde se casa, qué tipo de boda y lo formal o relajada que quiere ir. Partiendo de esa base, lo que más me preocupa es que estén más guapas que nunca. Un vestido blanco largo no es nada fácil y puede resultar muy poco favorecedor, por eso es importante que no se sientan disfrazadas, dejar asomar su personalidad y no imponer nada que no les guste. Lo que tengo que hacer es darles seguridad y confianza para que ese día se vean y luzcan radiantes. Soy una persona muy empática y creo que se me da bien ponerme en su piel y entenderlas. Son momentos de muchos nervios y estrés y el vestido no puede convertirse en un problema. Vienen a mí para disfrutar de la experiencia de hacerse el vestido de sus sueños. Es una gran responsabilidad”.

Las cualidades del costurero

Hacer Costura exige ciertas cualidades personales y habilidades sociales. El couturier o modisto debe llegar a conocer a su clienta, descubrir sus gustos y saber adaptar su personal universo creativo a ellos. Tienen claro que su misión es eliminar los defectos y potenciar las virtudes de la mujer que se pone en sus manos. Su trabajo está al servicio de la mujer, que es quien dicta las reglas. Lo más difícil para los nuevos creadores es que su nombre empiece a circular de boca en boca, crear su propia clientela.

El caso de Diego Villalba es diferente. Él es la segunda generación, en sus manos ha recaído la ardua labor de hacer renacer la firma que lleva el nombre de su padre, Alfredo Villalba. Con más de tres décadas de historia, la firma dio el salto de Barcelona a Madrid en los ochenta y cuando, en 2007, le llegó la jubilación a su creador, ahí estaba su hijo Diego –formado en la Escuela Marangoni de Milán y vinculado al negocio familiar desde 2002– para comenzar un proceso de rejuvenecimiento. Ha captado a una nueva clientela joven sin perder a las incondicionales de la casa, un proceso que ha llevado una década, pero por fin hoy encarna plenamente la fusión entre la tradición del padre y la visión de futuro del hijo.

Tradición y modernidad se fusionan en esta nueva Costura. Parece que el diseño patrio ha comprendido que no se puede luchar contra la titánica hegemonía de la fast fashion en la confección actual, ni contra el sólido prestigio comercial del prêt-à-porter internacional, así que se ha enfocado en lo que mejor hemos sabido hacer desde siempre: crear una experiencia con mucho valor añadido, la Costura.

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