"Si alguna institución oficial, como el Gobierno o la Oficina de Turismo, propone algo bueno, por supuesto cooperaríamos y estaríamos muy contentos", declaró una portavoz de la Dirección, tras matizar que el Departamento "no gestiona los lugares turísticos" en Israel.
Por su parte, el Ayuntamiento de Jerusalén dijo no estar "en absoluto implicado" en un eventual proyecto de apertura al público del denominado Osario de Jacob, descubierto en unas excavaciones en 1980.
Su portavoz, Gidi Schmerling, había afirmado al diario israelí "The Jerusalem Post" que, si se hiciera una petición en este sentido, ésta sería estudiada.
El documental "La tumba perdida de Jesús", presentado el lunes en Nueva York, revela el hallazgo de una tumba familiar, que podría contener los restos de Jesucristo y su familia, incluida la Virgen María, María Magdalena y un supuesto hijo de ambos de nombre Judas, en el barrio de Talpiot, en Jerusalén.
La Dirección de Antigüedades reconoció que una eventual apertura turística del lugar implicaría la reubicación en otras viviendas de algunos residentes de Talpiot.
Inscripciones reveladoras
En la tumba se encontraron varias inscripciones con los nombres de "Jesús, hijo de José", "María", "Mariamana" (María Magdalena), José, Mateo -familiar de Jesucristo- y Matia Judas, el presunto hijo de Jesucristo y María Magdalena y a quien se identifica como Jehuda bar Ysehua, o "Judas, hijo de Jesús".
El documental, cuyo productor ejecutivo es el director de "Titanic", James Cameron, y está dirigido por el periodista y cineasta de origen judío Simcha Jocobovici, ha llevado cinco años de trabajo y su realización se mantuvo en absoluto secreto.
El profesor de Estadística de la Universidad de Toronto, Andrey Feueverger, defendió en la presentación de la cinta que "sólo hay una posibilidad entre 600 de que los restos correspondan a otra familia que la de Jesús".
Los escépticos
Entre los críticos con la película figura el vicecustodio de Tierra Santa, el padre Artemio Vítores, quien calificó de "ridícula" la tesis del documental.
"Es ridículo que después de 2.000 años estemos con estas cosas" por el descubrimiento de inscripciones en unas tumbas de "unos nombres muy comunes en la época", agregó el padre franciscano.
Menos elocuente fue el diputado cristiano por Jerusalén Bernard Sabela, quien consideró que el documental "no es tan importante" como para tomar en cuenta sus hallazgos.
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