Después de dos días de enfrentamientos en Kiev entre la policía y los manifestantes antigubernamentales, en los que han perdido la vida al menos 77 personas, este viernes el presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, ha anunciado un acuerdo con la oposición que, entre otras medidas, contempla adelantar las elecciones presidenciales. Esto sin embargo no va a llevar a los opositores a abandonar la Plaza de la Independencia (Maidán) de la capital, núcleo de las protestas que comenzaron hace tres meses. Así lo creen tanto Eugene Tooz como Lilia Tarnoska, dos jóvenes que han explicado a 20minutos cómo ven lo que está ocurriendo en su país.

El pacto recoge también la aprobación de cambios para volver a la Constitución de 2004, lo que supone una reducción de las competencias del jefe del Estado. Yanukovich insta además a la formación de un Ejecutivo de unidad nacional hasta la celebración de los comicios, que no ha especificado cuándo serán, pero que algunas fuentes locales fijan para finales de año. "Es la única vía que tenemos para cambiar el Gobierno de forma legal", apunta Eugene sobre este acuerdo, consciente de que algunos de sus compatriotas creen que no es la mejor solución.

En una conversación a través de Skype desde su casa en Kiev, este joven de 28 años quiere creer en que se respetará lo pactado, pero reconoce que existe cierto escepticismo. "Ya ha habido otros acuerdos", recuerda, acuerdos que han terminado saltando por los aires. Eugene avanza que se mantendrán vigilantes y de ahí que vaticine que el asentamiento del Maidán permanecerá hasta que tengan lugar las elecciones, según sus palabras, en diciembre. Preguntado por si lograrán aguantar tantos meses responde que sí con rotundidad: "Cuentan con el apoyo de los ciudadanos, que les ayudarán a conseguirlo".

Lilia Tarnoska también tiene 28 años, vive cerca de la capital y también cree que los manifestantes no se irán de la Plaza de la Independencia. Ella es de ese sector más crítico a quien lo decidido este viernes no le parece suficiente, no después de lo ocurrido en los dos últimos días y se muestra crítica incluso con los partidos de la oposición. "Las elecciones las han adelantado solo cinco meses. Yanukovich tiene que dimitir. Para nosotros ya no es el presidente. No vamos a vivir diez meses más con este Gobierno", afirma indignada al otro lado del teléfono. "La gente no va a dejar la plaza porque se ha matado a mucha gente. Van a esperar a que el presidente salga del poder", continúa.

Esta joven expone que ella salió a la calle cuando vio "a los militares pegando a estudiantes" y para protestar contra "un Gobierno corrupto, que ha empeorado la vida de los ciudadanos", que les ha subido los impuestos y que les obliga a pagar por todos los servicios. ¿Y qué hay del acercamiento a la UE? "Sé que es llamar a una puerta que está cerrada. Entendemos que nuestro nivel de corrupción no nos permite llegar. Hay que trabajar mucho y una vez que lo hayamos hecho quizás ya no nos haga falta unirnos y baste con mantener acuerdos con los países", responde.

El Maidán es el centro neurálgico de las protestas, pero el descontento se extiende por toda la ciudad. Lilia y Eugene coinciden en señalar que los vecinos se están organizando por barrios para, incluso de noche, evitar que los militares entren en ellos, a la vez que defienden sus calles, sus comercios, sus coches, sus centros de salud... de posibles saqueadores.

"Están llegando tropas militares de todo el país pero los ciudadanos se organizan para que no pasen", señala Lilia.

El fotógrafo zaragozano Juan Mora es uno de los algo más de 400 españoles que residen en Ucrania, cifra que hace referencia a los que están inscritos en el consulado de España en Kiev. De ellos, casi 200 se encuentran en la capital, según han afirmado a este diario fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.

"En Maidán están matando a sangre fría", apunta Juan a 20minutos desde Lviv, donde vive actualmente. Este aragonés, que lleva cuatro años en el país, deja clara su preocupación ante el hecho de que varios medios occidentales interpreten que tras los opositores está la extrema derecha: "No hay una guerra civil. No hay dos Ucranias. Nadie apoya al Gobierno. La gente está volcada con Maidán".

Aitor Serrano es de Alcoy, tiene 21 años y está terminando Económicas en Kiev con una beca EMP-AIM. Explica a este diario que el jueves, cuando la violencia se recrudeció, el jefe de la oficina internacional irrumpió en su clase de ruso y les dijo que tenían que irse a casa: "Nos dijo que iba a venir el Ejército y que no volviéramos hasta el lunes siguiente".

Aitor reconoce que en ese momento, hubo pánico y que incluso algunos supermercados tuvieron problemas de desabastecimiento. "La gente de aquí me decía que no me preocupara, pero se notaba que había cierto pánico", asegura el estudiante. Afirma que las informaciones que se han publicado acerca de una posible guerra civil en el país son "exageradas".

"A las tres y a las nueve hora española, justo a la hora de los informativos, mi Whatsapp empieza a trabajar", bromea este joven, "mi familia está más preocupada que yo". Aitor vive algo apartado del Maidán, pero desde su casa se escuchan las explosiones y se ven las columnas de humo. "Por la noche se veía el cielo rojo, como en un atardecer", cuenta.

Hace cosa de un mes, antes de que volviera a estallar la violencia, Aitor se paseó por la plaza y asegura que "había muy buen ambiente": "Me pareció muy pacífico". Ahora, tras el último acuerdo entre el Gobierno y la oposición, "la gente está a la espera", pero las calles están volviendo poco a poco a la calma.