¿Está la sociedad española preparada para trabjar hasta los 75 años? ¿Lo están sus trabajadores? ¿Y sus empresas? El último estudio realizado por The Economist Intelligence Unit y Towers Watson a 480 altos ejecutivos de empresas en toda Europa bajo el nombre de ¿Son los 75 los nuevos 65? Hacer frente al reto del envejecimiento de los trabajadores ( Is 75 the new 65? Rising to the challenge of an ageing workforce), nos presenta un panorama laboral europeo envejecido.

Las cifras del informe hablan de que el 71% de los encuestados piensa que la proporción de empleados mayores de 60 años se incrementará en 2020, incluyendo al 22% que espera que lo haga de manera significativa.

La combinación del crecimiento de la esperanza de vida en Europa y la caída de la natalidad ha hecho que la población activa europea esté envejeciendo. Actualmente en el Viejo Continente viven 1,6 personas por cada una en edad de trabajar.

En el año 2012 el continente europeo dio un vuelco demográfico y el porcentaje de la población en edad de trabajar se redujo por primera vez en 40 años. Las previsiones de los expertos anticipan una continua caída anual hasta 2060.

Las cifras, según plantea el informe de Towers Watson, permiten dibujar un horizonte laboral donde los Gobiernos decidan prolongar la edad activa de los ciudadanos europeos en casi una década, de los actuales 67 años hasta los 75, en el medio plazo. Por tanto, la manera en la que conocemos la jubilación hoy, podría convertirse en una cosa del pasado.

Para el 2020, el estudio prevé que la gestión de una plantilla envejecida será una de las principales prioridades en la agenda de recursos humanos. Pasará de ser la séptima preocupación a día de hoy, según los encuestados, a una de las tres preocupaciones principales.

Como resultado de tener una plantilla más longeva, casi la mitad (43%) de los encuestados prevén que haya una mayor demanda de beneficios y más de un tercio (35%) prevén un aumento de flexibilidad laboral.

Casi la mitad (43%) de los empresarios también esperan una mayor demanda de seguros médicos y un crecimiento sustancial de los sistemas de jubilación.

Otros hallazgos clave del estudio europeo han sido por ejemplo que la mayoría de las empresas, pero no todas, saben que tienen que cambiar para adaptarse a un nuevo perfil de empleado de más edad y con necesidades diferentes.

Adaptar el trabajo a los trabajadores de más edad, además, aportará beneficios para todos los empleados, según la investigación.

Finalmente, el  informe indica que las prioridades de los empleados están cambiando del dinero al estilo de vida y, finalmente, se desprende que la gestión del talento será un importante motor de cambio en el 2020.

En España, el 84% de los directivos encuestados piensan que la mayor preocupación de sus empleados en la actualidad es la seguridad en su puesto de trabajo; en 2020, siempre según el citado estudio, esto cambiará radicalmente, pasando a ser prioritario el ahorro para la jubilación, la conciliación entre vida personal y profesional y la flexibilidad en el trabajo.

Un 64% de los directivos españoles cree que la demanda de beneficios sociales se verá incrementada y un 55%, por un 24% en el resto de Europa, piensa que debería ser el Estado quien financie la jubilación de los trabajadores.