La investigación de la Policía Nacional en torno de un bote con gas lacrimógeno ayer en el estadio de fútbol del Madrigal (Castellón) ha avanzado en las últimas horas hasta centrarse como principal sospechoso en un varón de 1,70 centímetros de estatura, 30 años aproximadamente, que iba vestido con ropa oscura, según han informado a Europa Press fuentes policiales.

Estas mismas fuentes han indicado que estas son las características del que consideran principal sospechoso del lanzamiento a partir del estudio y el análisis de las cámaras del UCO (Unidades de Control Organizativo) así como los testimonios de testigos que se encontraban en la zona.

La investigación*n sin embargo no ha podido determinar aún el nombre del sospechoso ni si éste llevaba alguna camiseta de fútbol que le situase como aficionado de uno u otro equipo. El objeto que obligó a suspender el partido durante 20 minutos fue arrojado desde el sector de la tribuna sur-superior, concretamente desde uno de los vomitorios de esa zona.

Pese a que aún no se conoce la identidad exacta las investigaciones apuntan a que el autor del lanzamiento sería aficionado del Villarreal, ya que la zona desde la que se lanzó es un lugar donde se ubica la afición del equipo local, aunque las fuentes consultadas por Europa Press llaman la atención sobre el hecho de que en ese momento, ya casi al finalizar el partido, las puertas del estadio se encontraban abiertas.

Pendiente de identificación

En el marco del desalojo por el bote de humo, tuvieron que ser asistidos once aficionados, la mayoría de ellos por ansiedad, y otro por un golpe en un brazo producto del rápido desalojo. Entre los atendidos se encuentran dos menores de edad, afectados por irritación y nerviosismo.

En total fueron desalojadas 12.000 personas en el minuto 87 del partido, tanto de la afición del Villarreal como del Celta de Vigo. Las fuentes consultadas llaman la atención sobre el incidente ya que se trata de una afición, por lo general, tranquila y que no acostumbra a actos vandálicos.