El adiós de Letta como primer ministro italiano: claves de un gobierno breve y agitado

  • El Gobierno de Enrico Letta ha durado tan solo diez meses.
  • Llegó al Ejecutivo después de que Berlusconi hiciera caer el gobierno tecnócrata de Mario Monti, que contaba con el apoyo de la Unión Europea.
  • Su mandato ya se vio amenazado con el órdago del propio Berlusconi, que amenazó con retirarle su apoyo para protegerse de sus problemas con la Justicia.
  • Finalmente, ha sido su propio partido quien lo ha retirado del poder.
El primer ministro italiano, Enrico Letta.
El primer ministro italiano, Enrico Letta.
EFE
El primer ministro italiano, Enrico Letta.

A mediados de la próxima semana, Italia nombrará al que será su quinto jefe de Gobierno en menos de diez años. Da igual si salieron de las urnas o si fueron nombrados por el presidente de la República: ni Berlusconi, ni Prodi, ni Monti, ni Letta lograron terminar sus legislaturas. La crisis económica y política que vive el país tiene parte de la culpa, pero los parlamentos fragmentados y los gobiernos breves e inestables forman parte del ADN de la política italiana.

Enrico Letta no ha durado ni un año al frente del Ejecutivo italiano y durante los últimos diez meses su permanencia en el cargo se ha visto amenazada en varias ocasiones.

Un Gobierno de coalición

Letta tomó las riendas del gobierno en una situación difícil para Italia. El anterior ejecutivo, encabezado por Mario Monti, llegaba tras la dimisión de un Silvio Berlusconi arrollado por escándalos sexuales y casos de corrupción y no fue elegido en las urnas sino que fue nombrado por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, con el apoyo de la Unión Europea. Monti encabezó un gobierno tecnócrata consentido por el Parlamento que introdujo las medidas de austeridad y las reformas exigidas desde Bruselas en plena crisis de deuda.

Poco después de que Monti aprobara los recortes y el pacto de estabilidad, Berlusconi retiró su apoyo al gobierno tecnócrata y forzó la convocatoria de elecciones anticipadas. Fue una campaña intensa: volvió a participar Berlusconi, el nuevo líder de centroizquierda Pier Luigi Bersani estaba entre los favoritos y entró en escena el ‘Movimiento 5 Estrellas’, un partido encabezado por el cómico Beppe Grillo. Bersani fue el ganador de los comicios, aunque fue incapaz de formar gobierno.

Al final, un acuerdo entre el Partido Demócrata y el Pueblo de la Libertad de Berlusconi colocó a Enrico Letta al frente de un Gobierno de coalición con ministros de ambas fuerzas que juraron sus cargos el 28 de abril de 2013.

La crisis de Berlusconi

El precio que tuvo que pagar el Partido Demócrata para llegar al Gobierno fue pactar con el grupo de Silvio Berlusconi. Esta alianza le saldría cara unos meses después de jurar el cargo, el 28 de septiembre, cuando los cinco ministros del Pueblo de la Libertad presentaron su dimisión para intentar hacer caer al Gobierno y volver a forzar unas elecciones.

‘Il Cavaliere’ veía peligrar su futuro como Senador después de varios varapalos judiciales e intentó desestabilizar el Ejecutivo. En aquella ocasión, Letta plantó cara al exprimer ministro y planteó al parlamento italiano un voto de confianza y consiguió que un grupo de diputados del Pueblo de la Libertad diera la espalda a su líder.

Berlusconi perdió la batalla y unas semanas después fue expulsado del Senado y perdía así su condición de aforado, por lo que quedaba expuesto a ser condenado por los casos de fraude fiscal y los escándalos sexuales que siguen en los tribunales. Aun así, ‘Il Cavaliere’ aseguró que no pensaba retirarse de la política.

Abucheos en Lampedusa

El naufragio de un barco cerca de las costas de Lampedusa a principios del pasado mes de octubre dejó más de 350 muertos y puso en evidencia la grave situación de los cientos de inmigrantes que llegan al sur de Italia todas las semanas a través del Mediterráneo.

La gestión de esta desgracia le costó a Letta una mala acogida en la isla. El primer ministro italiano tardó una semana en visitar el lugar de la tragedia y, cuando llegó, los habitantes de Lampedusa lo recibieron entre abucheos y gritos de "vergüenza". Fue el primer momento en el que Letta recibió una 'mala prensa'.

La última carta de Letta

Los rumores sobre la debilidad de Enrico Letta llevaban corriendo varios días y este miércoles jugó su última carta al presentar el plan ‘Compromiso Italia 2014’, un programa con el impulso económico y la creación de empleo como ejes centrales. Letta llegó a pronunciarse sobre la posibilidad de dimitir y aseguró que "las dimisiones no se producen por habladurías o por estrategias de palacio".

El primer ministro italiano hizo un repaso de sus diez meses al frente del Ejecutivo y sacó pecho ante "los últimos datos económicos positivos" para después detallar las medidas de su programa para que "las discusiones sobre el Gobierno se basen en propuestas concretas y no en personalismos", mencionando de forma velada al hombre que ha terminado echándole del cargo, el secretario general de su partido, Matteo Renzi.

El enemigo en casa

Al final, no ha sido Berlusconi, ni la crisis de Lampedusa, ni la economía lo que ha derribado a Letta, sino su propio partido. Matteo Renzi, el alcalde de Florencia, se perfila como sustituto para Letta en el nuevo Gobierno que él mismo ha pedido. Renzi pidió este jueves que se formara un nuevo Gobierno de forma urgente que “asuma su responsabilidad” y descartó la posibilidad de convocar elecciones anticipadas.

Poco después, se ejecutaba la 'stafetta': la directiva del Partido Demócrata daba el visto bueno a la propuesta y dejaba a Enrico Letta sin apoyo, obligándole a presentar su dimisión este mismo viernes, tan solo diez meses después de jurar el cargo.

Renzi era reacio en un principio a ser presidente del Gobierno sin pasar por unas elecciones pero ha cambiado de idea. Sus roces con Letta y la lentitud con la que el Parlamento está debatiendo el proyecto de reforma de ley electoral que el mismo diseño junto con Silvio Berlusconi le han llevado a forzar la caída de su compañero de partido y todo apunta a que podría ser el próximo presidente del Gobierno. De hecho, ya se ha reunido con Forza Italia y todo apunta a que contaría con su apoyo para encabezar el nuevo Ejecutivo.

El martes o el miércoles de la semana que viene sabremos cómo se llama el próximo inquilino del palacio Chigi.

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