Las terrazas de María Pita sufren ataques cada mes

Cristales rotos, vómitos, orines... aparecen tras los fines de semana en estas instalaciones. Los hosteleros culpan al ‘botellón’ y piden vigilancia.
Para romperlo hay que darle bien. (M. Fuentes)
Para romperlo hay que darle bien. (M. Fuentes)
Para romperlo hay que darle bien. (M. Fuentes)
Desde su instalación en el año 2002 las terrazas acristaladas de la plaza de María Pita han sido objeto de todo tipo de críticas. Pero ahora también están en el punto de mira de los vándalos, que cada fin de semana de movida destrozan los cristales de estas instalaciones y orinan en las macetas. Lo dicen los propios dueños de las terrazas, que añaden «estar hartos» de que nadie ponga freno a ese «descontrol».

De las 14 instalaciones que hay en la plaza, las más castigadas son las de los laterales (en el lado de la calle de La Franja y las escaleras de Marqués de Cerralbo). «Estamos muy próximos a la zona de paso y nos toca todo», asegura Estrella, de la chocolatería Valor, donde ya han tenido que recoger en varias ocasiones macetas totalmente rotas y la tierra esparcida por toda la terraza. La opinión de esta joven la comparten en los locales del otro extremo, como el Verdura. «Nos quemaron el toldo en una ocasión y por la mañana nos encontramos de todo: meadas, vomitonas...», comentan.

Dicen que a pesar de estar a dos pasos del Palacio Municipal y de las cámaras de vigilancia nada ha cambiado. «Hace falta más policía», reclama un camarero.

Estéticas distintas

Ninguna de las 14 terrazas instaladas en la plaza de María Pita comparten una misma estética, a pesar de que el Gobierno local aseguró el pasado mes de mayo que mantendría una reunión con los hosteleros para que aplicaran unas mismas normas. Pasados los meses, la realidad es que cada una de estas instalaciones tiene diferente mobiliario, unas tienen cortinas y otras no, e incluso dos de ellas están cerradas al público y hacen de almacén de sillas y mesas, algo que según el ‘libro de estilo’ del Ayuntamiento estaría prohibido.

«Para romperlo hay que darle bien»

Los destrozos en las terrazas coruñesas son un ejemplo más de los actos de vandalismo con los que se despierta la ciudad cada fin de semana. Aunque en este caso, los cristales están más reforzados de lo normal. «Para romperlo hay que darle bien y con ganas», aseguran.

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