El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Íñigo Nagore, ha destacado esta mañana que 2013 ha sido un año especialmente "positivo" en materia de incendios forestales en La Rioja al registrarse las cifras más bajas de siniestralidad y de superficie afectada de la última década

Ha destacado que se produjeron 31 siniestros (74 menos que en 2012) en los que resultaron afectadas 27,6 hectáreas (81 menos que en la anterior campaña), de las cuales tan sólo una fue superficie arbolada. El hecho de tener lluvias abundantes tanto en primavera como en verano, "ha influido de manera significativa en la obtención de estos buenos resultados".

A ello, ha unido la efectividad demostrada una campaña más por el dispositivo de detección y extinción de incendios forestales del Gobierno de La Rioja, y también de la concienciación de la sociedad riojana y quienes nos visitan.

A pesar de las buenas cifras del pasado 2013 y del hecho de que La Rioja sea una de las regiones con menor índice de siniestralidad de todo el país, "no podemos olvidar la tendencia creciente registrada durante los últimos años y debemos ser prudentes con estos datos, seguir alerta y extremar la precaución de cara a este 2014, ya que cuatro de cada cinco incendios forestales se deben al factor humano", ha advertido el consejero.

Junto a Nagore ha comparecido el director general de Medio Natural, Miguel Urbiola, quien ha incidido en la concienciación de los riojanos, así como en las labores preventivas que se hacen en los montes, como dos causas de los menores siniestros. Además, ha resaltado que estas labores de prevención también crean empleo, con la contratación de personal para este tipo de trabajos.

Sin peligro para el ciudadano

Al cierre de la campaña, la superficie forestal media quemada en 2013 ha sido de 0,89 hectáreas, manteniéndose bastante por debajo de la media del último decenio. De los 31 siniestros registrados, 25 (el 81 por ciento) se quedaron en meros conatos (afectaron a menos de una hectárea). En general, se redujo notablemente el número de incidencias respecto a la media de la última década, que se sitúa 91,5 siniestros. Tampoco se produjeron daños importantes ni se dieron situaciones de peligro para los ciudadanos.

Es importante destacar como los datos de la siniestralidad por meses ponen de relieve hasta que punto la climatología ha podido influir en estas cifras tan positivas. El año 2013 se caracterizó por una primavera más fresca y lluviosa que la media de los últimos años, lo que favoreció que hubiese mayor humedad tanto en el suelo como en la vegetación. Así, las abundantes lluvias que se registraron en la región entre los meses de febrero y junio hicieron que en este periodo se produjeran el 10% de los siniestros y que sólo se quemara el 4 por ciento de la superficie forestal afectada en el año.

El mes más crítico en cuanto a número de incendios fue agosto, con ocho siniestros, mientras que si hablamos de superficie quemada fue septiembre, cuando ardieron 15,3 hectáreas entre los 7 siniestros que se registraron. En total, durante los meses de verano se produjeron 17 incidentes quemándose el 70 por ciento de la superficie forestal de todo el año 2013.

Por otro lado, el pasado verano fue también más lluvioso que el otoño, "lo que explica que junio y julio registraran menos incendios y menos superficie quemada que octubre y noviembre, especialmente este último", ha indicado Nagore.

El incendio de mayor extensión se produjo en septiembre en Ezcaray y, según todos los indicios, pudo ser un siniestro originado por una quema para regeneración de pastos. Ardieron 12,46 hectáreas de monte abierto, matorral y monte bajo.

En cuanto a la superficie quemada, el pasado 2013 ardieron en La Rioja 27,6 hectáreas de terreno forestal, si bien tan sólo 1,02 hectáreas (el 3 por ciento) se corresponden a superficie arbolada. Esta cifra se sitúa muy por debajo de la media de la última década, que supera las 22 hectáreas de superficie arbolada quemada al año y también es mucho menor a la de 2012, cuando las 17 hectáreas arboladas que ardieron representaron el 17 por ciento del total.

Uso inapropiado del fuego

La mayor parte de los incendios se siguen concentrando en el valle del Ebro y su origen mayoritario siguen siendo las prácticas agrícolas inadecuadas como la limpieza de terrenos, ribazos y acequias de riego en las que se empleo fuego, y la quema incontrolada de residuos agrícolas.

Respecto al origen de los siniestros, cuatro de cada cinco se debieron al factor humano. En este sentido, dominan los incendios provocados por negligencias y otras causas accidentales (45,16 por ciento), sobre todo por malas prácticas agrarias, quemas agrícolas sin autorización que se descontrolan, pero también por la quema de basuras o motores y máquinas.

Les siguen los incendios originados por hacer fuego de manera intencionada (35,38 por ciento) para eliminar vegetación forestal sin permiso. Este año también ha habido una inusual cifra de incendios por causas naturales, concretamente se registraron 5 incendios provocados por rayos en los meses de verano (el 16 por ciento). En un 3 por ciento de los casos no llegó a determinarse la causa del incendio.

El Gobierno de La Rioja destinó el pasado año 8,6 millones de euros a la lucha contra incendios. De esa cantidad, unos 6 millones de euros se invirtieron en labores de prevención a lo largo de todo el año; mientras que la extinción supone menos de un tercio del presupuesto, en concreto 2,6 millones de euros.

La Rioja cuenta con un dispositivo de prevención y extinción de incendios forestales cuya preparación y esfuerzo hacen que se minimicen las consecuencias de los siniestros y que engloba a más de 300 profesionales y un completo elenco de medios técnicos para detectar, prevenir y combatir el fuego.