Hasta allí han viajado varios equipos españoles cuyos trabajos han sido nominados a los Oscar. Javier Fesser y Borja Cobeaga, que optan al Oscar al mejor cortometraje de ficción por 'Binta y la gran idea' y 'Éramos pocos', respectivamente se codean en Los Angeles con Guillermo del Toro y el resto del equipo de 'El laberinto del fauno'.

El caso de la ubicua Penélope Cruz ('Volver') es algo distinto. Los actores nominados, que son en la práctica los que venden una película, llevan una agenda aparte, muy apretada, constantemente iluminada por las luces de los focos.

Batiendo récords

Las expectativas son muchas. 'El laberinto del fauno' opta a seis Oscar y las críticas que está recibiendo (incluso, en privado, por parte de las superestrellas de Hollywood) son muy buenas.

Een una ciudad que tiene una especial debilidad por los negocios que marchan bien, el que una película como 'El laberinto', que costó 13 millones de euros haya ingresado más de 31 millones de dólares, sólo en EE UU, ha hecho que tanto su director, como su equipo técnico, se hayan convertido en objeto de culto.

De hecho, 'El laberinto del fauno' se ha convertido ya en la quinta película de habla no inglesa más taquillera de todos los tiempos y, probablemente, en pocos días supere a 'Amelie', que es la cuarta.

Mientras, sus equipos técnicos y artísticos (

El sábado les espera Chencho Arias en una recepción oficial que dará en el consulado a todos los artistas españoles que han viajado hasta Los Angeles. Más tarde, parte de ellos tendrán que pasarse por la celebración de los Spirit Awards donde 'El laberinto del fauno' opta al premio de mejor película y Guillermo Navarro al de mejor dirección de fotografía.

Un ático con vistas a los Oscar

El domingo, parte del equipo de 'El laberinto del fauno' seguirá la gala en directo, desde las pantallas planas que han instalado en el ático del Hotel Roosevelt, justo enfrente del Kodak Theatre, donde se entregan los Oscar. Allí comenzarán a celebrar su propia fiesta, ganen estatuillas o no.

Harán un alto para acudir al tradicional baile de los gobernadores que la Academia ofrecerá justo después de la entrega de premios e intentarán colarse en la exclusivísima y solicitadísima fiesta de Vanity Fair. La más cool, en la que hay tortas por entrar.