Oceana calcula que el 45% de las aguas españolas en el Mediterráneo están bajo "amenaza" de búsqueda de hidrocarburos

La organización conservacionista Oceana ha calculado que cerca de 12 de los 26 millones de hectáreas de aguas españolas en el Mediterráneo están amenazadas de búsqueda de petróleo y gas, lo que supone que el 45 por ciento de las aguas españolas del Mediterráneo quedaría abierto a exploración y explotación de hidrocarburos si se aprueban los proyectos que están pendientes de autorización administrativa.
Montañas Submarinas De Baleares
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La organización conservacionista Oceana ha calculado que cerca de 12 de los 26 millones de hectáreas de aguas españolas en el Mediterráneo están amenazadas de búsqueda de petróleo y gas, lo que supone que el 45 por ciento de las aguas españolas del Mediterráneo quedaría abierto a exploración y explotación de hidrocarburos si se aprueban los proyectos que están pendientes de autorización administrativa.

Según cálculos de la ONG, estos casi 12 millones de hectáreas no incluyen las zonas colindantes que se verían afectadas pro las adquisisciones sísmicas, que harían ascender la superficie amenazada hasta 20 o 22 millones de hectáreas, es decir, cerca del 70 por ciento del Mediterráneo español.

"Es una temeridad que casi la mitad de las aguas españolas en el Mediterráneo esté cubierta por proyectos de hidrocarburos, en funcionamiento o en trámites", ha denunciado el director Ejecutivo de Oceana Europa que considera que "no hay que esperar a que ocurra un vertido para lamentar daños".

Así, ha explicado que los proyectos afectan a caladeros pesqueros y rutas migratorias de cetáceos, atunes y tiburones, y ha advertido de que desde que comiencen los sondeos sísmicos habrá "miles de organismos gravemente afectados".

Los proyectos de adquisición sísmica y las primeras perforaciones se extenderían por unos 11 millones de hectáreas en la Comunitat Valenciana y Baleares. Las áreas de algunos de los proyectos en fase de autorización coinciden en parte, por lo que habría zonas que podrían soportar actividades de diferentes compañías.

Además, los nuevos proyectos se sitúan junto al límite de la Zona Económica Exclusiva y un futuro vertido podría llegar a aguas de otros países. El caso más claro es el de los permisos de Cairn en el Golfo de León (proyecto Nordeste), próximos a la zona de casi un millón de hectáreas que Francia decidió cerrar en 2012 y acabar así con las actividades de hidrocarburos de este país en el Mediterráneo.

"El empeño de explotar hidrocarburos en el Mediterráneo dejaría a España descolgada de la política ambiental europea y haciendo oídos sordos a los conocimientos sobre el cambio climático. Afortunadamente, el Gobierno está a tiempo de denegar los permisos. La información científica que existe sobre las especies de las zonas que se pretenden abrir al gas y el petróleo es más que suficiente para hacerlo", ha advertido Aguilar.

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