Gerard, un niño de 11 años, tuvo la sangre fría de llamar al teléfono de emergencias 112 al encontrar a su madre inconsciente en el suelo tras sufrir un ataque epiléptico y seguir las indicaciones que le dieron para atenderla.
"Se oyó un ruido muy fuerte y vi a mi madre que estaba inconsciente en el suelo y con un poco de sangre en la cabeza", relata Gerard. Su padre había salido a comprar el periódico y no había ningún adulto en casa que pudiera socorrer a su madre.
Por eso, llamó al 112 y siguió las indicaciones que le dieron mientras el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) enviaba una ambulancia a su casa. Además, llevó a su hermana pequeña, de siete años, a su habitación para tranquilizarla.
"A mí, que tengo 11 años me impactó y ella 7, pues a ella más", rememora junto a su madre, muy orgullosa de su hijo y su temple, pues de haber estado sola, las consecuencias podían haber sido peores. "Cuando se lo conté a mis amigos y a la familia, pensé, ostras soy un héroe", agrega Gerard.
No es el único aunque hay pocos de su edad. El Centro de Emergencias de Catalunya (CECAT) recibió el año pasado casi tres millones de llamadas de emergencia, un centenar realizadas por pequeños héroes como Gerard.
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