Las xilografías que 'reinventaron' los libros como objetos artísticos

  • Los artistas dedicados al grabado con plancha de madera ayudaron a que los libros superasen con éxito la crisis editorial de la transición entre los siglos XIX y XX.
  • La exquisita muestra "El medio como musa: la xilografía y el libro moderno" está dedicada a las aportaciones de notables artistas al negocio de la impresión.
  • Compendia xilografías de Gaugin, Alfred Jarry, Vallotton, William Morris o Frans Masereel y los vincula  con el actual renacimiento de la técnica.
Xilografía de Frans Masereel, considerado como el padre de la novela gráfica moderna
Xilografía de Frans Masereel, considerado como el padre de la novela gráfica moderna
Purchased on the Gordon N. Ray Fund, 2012 © 2014 Artists Rights Society (ARS), New York / VG Bild-
Kunst, Bonn - Photography: Graham S. Haber
Xilografía de Frans Masereel, considerado como el padre de la novela gráfica moderna

Al igual que sucedió con el último cambio de milenio, el anterior, la transición entre los siglos XIX y XX, llegó marcado por anuncios de apocalipsis, expiración de técnicas y término del pasado. El negocio de la edición de libros estaba cambiando con la invención de nuevas técnicas de impresión, más rápidas y baratas, y los editores eran capaces de plantearse la publicación de volúmenes ilustrados, hasta entonces solamente reservados a los privilegiados y económicamente pudientes, a precios razonables y con grandes tiradas en mente.

Algunos puristas entendieron que la proliferación de obras ilustradas era alienante y perjudicial porque rebajaba el valor artístico de las obras, pero sucesivas oleadas generacionales de artistas demostraron que el vaticinio no era correcto y, sobre todo gracias a la xilografía —el grabado con plancha de madera—, reinventaron el libro moderno. La exquisita exposición Medium as Muse: Woodcuts and the Modern Book (El medio como musa: las xilografías y el libro moderno), entre el 21 de febrero y el 11 de mayo en el Morgan Library & Museum de Nueva York, es un recorrido apasionante por más un siglo de relaciones entre libros y grabados.

Un recorrido de ensueño

Como casi todas las muestras que produce The Morgan —un museo y biblioteca fundado en 1906 por el multimillonario J.P Morgan (banquero, industrial eléctrico y filántropo), un tipo enorme que fumaba docenas de puros cada día, tenía un poder de convicción que ha pasado a los anales, un genio de similares proporciones y una suerte casi milagrosa (tenía pasaje para el Titanic y lo canceló en el último minuto)—, ésta es de las que entras con una sonrisa, recorres como dentro de un sueño y sales convencido en la bondad de la raza humana. En las vitrinas de la singular pinacoteca se exponen más de 90 libros engalanados con xilografías, entre ellos algunos de los más bellos del siglo XX.

Desde el sublime The Works of Geoffrey Chaucer editado en 1896 por Kelmscott Press, la empresa del filósofo, educador y reformista social William Morris, del que se imprimieron apenas 425 copias con profusas xilografías basadas en dibujos del prerrafaelista Edward Burne-Jones; hasta las novelas protográficas del belga Frans Masereel, precursor en los años veinte del cómic actual, la exposición demuestra como la xilografía es parte integral de algunos de los libros más exquisitos e innovadores de la era moderna, publicaciones que, dicen los organizadores, "continúan deleitando los sentidos" y fueron decisivas para fundar "la forma y la función potencial del libro impreso" tal como la entendemos hoy.

En el Reino Unido y Francia en paralelo

El recorrido de la muestra, que abarca desde 1890 hasta la II Guerra Mundial, se inicia en un frente doble de interés por la xilografía: en el Reino Unido, de la mano del movimiento Arts and Crafts que exploraba las propiedades decorativas y expresivas del medio, y en Francia y Bélgica, los artistas vinculados a Paul Gauguin y el movimiento simbolista, entre ellos Alfred Jarry, Max Klinger y Félix Vallotton, investigaban el grabado con plancha de madera de estampas populares en revistas de vanguardia.

La conclusión del viaje gráfico demuestra, como apunta William M. Griswold , director del museo, que los artistas de la xilografía han buscado a lo largo de todo el siglo "respuestas creativas que utilizan una de las forma más tempranas de la edición impresa de ilustraciónes", una idea "con pertinencia continua para los artistas de hoy", como los autores de "novelas sin palabras" de Masereel y las "narrativas silenciosas" de Vallotton, que empujaron el grabado hacia una forma metafórica de escritura similar al cine mudo.

"Las luchas del individuo moderno"

Floreciente entre las dos guerras mundiales, el género atrajo a un pequeño número de artistas americanos y europeos que entendían la xilografía como un "medio democrático" y el libro impreso como el "soporte apropiado para relatar las luchas del individuo moderno". La exposición enlaza este afán con el de los artistas contemporáneos que han "reactivado" la xilografía: entre ellos Barry Moser, Eric Drooker y Art Spiegelman.

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