Los emoticonos se transforman en 'stickers', dibujos mucho más grandes y expresivos

Decir más con menos, esa parece la obsesión del ser humano desde que se inventó el lenguaje. Antes de la era digital, las abreviaturas, siglas y acrónimos ya nos ayudaban a condensar significados en una única palabra. Acortamos los nombres de pila hasta dejarlos en dos sílabas o incluso una. Con la llegada del SMS —esos mensajes de móvil con caracteres limitados que hoy casi parecen del cuaternario— la obsesión por reducir palabras llegó al extremo, modificando las palabras hasta el punto de hacerlas totalmente irreconocibles.

Con la popularización de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea, esa tendencia se ha mantenido y ha convertido a los emoticonos en los reyes de la comunicación a través de Internet. Se trata de pequeños símbolos gráficos capaces de transmitir emociones y significados complejos que, desde hace un tiempo, conviven con sus "primos" los stickers, ilustraciones mucho más diversas y detalladas.

Los emoticonos no son algo nuevo. Su origen se sitúa en 1982, cuando un profesor de Informática de la Universidad Carnegie Mellon utilizó, en la primitiva Internet de aquella época, varios signos ortográficos para dibujar una cara sonriente, la famosa :-) formada por dos puntos, un guión y un paréntesis de cierre. El profesor también propuso utilizar la cara triste :-( para marcar los temas serios.

Su intención era que estas representaciones sirviesen para identificar los mensajes irónicos y las bromas, que producían multitud de confusiones y malentendidos en el foro interno de la universidad.

La propuesta tuvo un gran éxito y, en poco tiempo, surgieron en la entonces reducida Red aficionados a los emoticonos que combinaron los signos ASCII para crear nuevas expresiones, muchas de las cuales también han alcanzado una gran popularidad, como el guiño ;-) de complicidad.

Con el paso de los años y el progresivo crecimiento de Internet hasta rozar la omnipresencia, los emoticonos han ido multiplicándose y evolucionando. Llegaron los kaomojis, construcciones ortográficas japonesas que se leen en horizontal, sin necesidad de interpretarlas como si estuvieran tumbadas; los kaoanis, que no son más que GIFs animados; emoticonos diseñados como los que utilizaba Messenger y que a día de hoy inundan las conversaciones de Whatsapp; y su versión nipona, conocida como emojis .

La última moda son los stickers o pegatinas, dibujos más grandes y elaborados que transmiten más matices emocionales e ideas complejas. Con este recurso, la necesidad de texto se reduce a la mínima expresión, ya que una ilustración de cómic a menudo es capaz de transmitir lo mismo que un breve mensaje escrito junto a un emoticono.

Line y Facebook poseen algunas de las colecciones de stickers más populares. De hecho, la red social de Mark Zuckerberg ofrece numerosas pegatinas digitales creadas por diversos artistas. Uno de ellos, el dibujante de Pixar Matt Jones, ha rediseñado los típicos smileys convirtiéndolos en expresivas caritas amarillas animadas.

Los emoticonos, sean del tipo que sean, no son siempre meras aportaciones estéticas o cómicas al lenguaje sino que tienen un valor semántico relevante en las formas de comunicación actuales. "Textualmente aportan al mensaje escrito cualidades de la oralidad y del lenguaje no verbal que es complicado transmitir sólo con palabras. Es más rápido y sencillo transmitir una emoción o una intencionalidad con un gesto que con una palabra", explica Mario Tascón, periodista especializado en medios digitales que coordinó y dirigió para la Fundéu el manual Escribir en internet. Guía para los nuevos medios y las redes sociales.

"Los emoticonos se popularizaron en un contexto con capacidades de escribir limitadas, el de los SMS, así que su uso en seguida aportaron, además de un valor oral, una mayor eficacia a la comunicación gracias al ahorro de caracteres", cuenta Tascón.

Sin embargo, no existe una Real Academia del Emoticono, por lo que muchos no tienen un significado claro ni consensuado. Según el perdiodista, "los emoticonos han resuelto algunos problemas de la comunicación escrita pero, debido a que cada vez hay más y más barrocos, en ocasiones consiguen el efecto opuesto al buscado: crean un lenguaje más confuso". "Hay momentos en los que no sabes si te están llamando borracho, si te están llamando payaso, si se están burlando de ti o si quieren transmitir ironía", asegura.

"Pero los iconos más básicos —la sonrisa, la cara triste y el guiño— casi se han universalizado. No totalmente, ya que los iconos y sus significados dependen de cada país, idioma y cultura, pero sí existe un uso muy amplio a nivel mundial", añade Tascón.

Un antecedente offline: Fuera del contexto de Internet, el 30 de marzo de 1881, antes de que la carita :-) se hiciese popular en el ámbito universitario, la revista satírica estadounidense Puck publicó los que podrían considerarse los primeros emoticonos de la historia.

El emoticono de Abraham Lincoln: Aunque lo más probable es que tan sólo se tratase de un accidente, existe un primer emoticono más antiguo que los de la revista Puck, un guiño ortográfico que fue encontrado en la transcripción de un discurso de 1862 del presidente de EE UU Abraham Lincoln.

Mobby Dick traducido al emoji: Con el fin de evaluar la evolución del lenguaje, un investigador de la Universidad de Nueva York, Fred Berenson, reescribió las 6.438 frases de Moby Dick, el clásico de Herman Melville, usando las pequeñas caras y dibujitos típicos de los servicios de mensajería instantánea. De cada frase se daban tres traducciones posibles y luego se valoraba cuál era la mejor.

Ellas los usan más: Según un estudio realizado en 2012 por la Universidad de Rice, las mujeres utilizan los emoticonos mucho más que los hombres. Ellos los usn menos pero, sin embargo, son más variados.