El intérprete se enfrenta, en un largo monólogo, al reto de realizar a la vez los papeles de Don Quijote y Sancho Panza, uniéndolos en una sola voz y en una misma persona.

Álvarez empieza a desdoblarse apoyado por la iluminación. De hablar en tercera persona sobre un hidalgo manchego desencantado del mundo en que vivía, pasa a hablar en primera persona un fervoroso lector de viejos libros. A medida que transcurre esta charla, el actor empieza a transformarse y, sin dejar de saltar de un personaje a otro, comienza a pasearse por los episodios más o menos conocidos, mientras explica el significado profundo que tales acontecimientos tienen para él.

Todo el espectáculo tiene así un aire de farsa y de comedia, sin que por ello dejen de entremezclarse los elementos cómicos y melancólicos, el éxito y el fracaso, la locula y el buen juicio, la prosa y la poesía, lo rastrero y lo sublime.

Los misterios del Quijote o el ingenioso caballero de la palabra es la historia de un extraño cruce de personalidades entre un caballero y su escudero, tomada directamente de las letras de Cervantes y diseñada con la omnipresencia de Rafael Álvarez ya que la dirige e interpreta. No contento con ello, también ha colaborado en el diseño de la escenografía.

* Teatro Caixanova. Policarpo Sanz, 13. Mañana y el domingo a las 20.30 horas. Entrada: 5, 7, 9 y 12 euros.

Juego hábil de misterio

Nació en la cordobesa Lucena, pero fueron los teatro madrileños de los colegios mayores los que le vieron nacer como actor. Su primera obra fue en el Johnny (el Colegio Mayor Universitario San Juan Evangelista), en el año 1970. A partir de ahí, el éxito. Está considerado como uno de los actores más completos del teatro español. Todo espectáculo tiene una parte de comedia y otra de drama. La novela de Cervantes es farsa y comedia, y El Brujo es el actor perfecto para viajar de la locura al buen juicio de Don Alonso Quijano, sin dificultad.