Masajes, cocina internacional, idiomas o informática son algunos de los cursos con más demanda. También se pueden ofrecer o solicitar otros servicios, como arreglar tuberías, acompañar a hacer la compra, llevar los niños al colegio o pasar trabajos al ordenador.
«Yo descubrí el Banco de Tiempo por Internet y me parece una idea fantástica», dice Julián, que ya ha hecho tres intercambios (ofrecía clases de idiomas y bricolaje). «Ahora está previsto que yo reciba mis horas: necesito que me revisen el software del ordenador de mi casa y que me den masajes relajantes», concluye encantado.
El programa, que pretende fomentar las relaciones sociales y la igualdad entre distintos estratos económicos, sólo marca dos requisitos: ser mayor de edad y tener algo que ofrecer.
Para conseguir el talonario que acredite las horas de trueque basta con acudir a las asociaciones de vecinos de La Jota, el Arrabal, el Picarral, La Cartuja o Las Fuentes, o bien dirigirse a la Federación Aragonesa de Barrios de Zaragoza (FABZ).
Al trueque se apunta gente de todas las edades y sexos, aunque alrededor de un 60% son mujeres.
El lugar del intercambio se acuerda entre las personas implicadas y la FABZ reserva salas sociales para aquéllos más multitudinarios, como el de fotografía que se celebra el próximo sábado.
Una moneda de cambio diferente
El Banco de Tiempo parte de una filosofía que valora las actividades en función del tiempo que se tarda en realizar un servicio. La idea procede de una tradición de base anarquista, cuyo pionero fue el norteamericano Josiah Warren, y que más tarde se extendió a otros países del mundo. Desde los años 90, se ha desarrollado este proyecto en otras ciudades españolas. (Más información 976 393 305 o en la web www.bancodeltiempo.org)
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios