La reducción del tráfico, propiciada en los últimos años por la crisis, la puesta en marcha del tranvía y los recortes aplicados a los autobuses, ya tiene una influencia directa en la contaminación de Zaragoza.

Según los datos recogidos el año pasado por las cinco estaciones de medición que hay en la capital aragonesa, la calidad del aire mejoró en 2013 por quinto año consecutivo, aprobó todos los límites fijados por Europa y cumplió por primera vez con algunos de los requisitos internacionales más exigentes.

Los niveles de dióxido de carbono, ligados principalmente al tráfico, el uso de calderas y la industria, se redujeron en todas las zonas menos Las Fuentes. Las mediciones estuvieron por debajo de los 40 microgramos por metro cúbico que fija el valor límite.

Mejoran sobre todo las zonas del centro. Fuentes municipales ligan esta mejoría al descenso del volumen de tráfico, que desde 2009 ha caído en toda la ciudad entre un 15% y un 20%. En algunas vías del Casco, como en la plaza de España, ha bajado hasta un 60%.

Pero no solo descienden los valores contaminantes relacionados directamente con el tráfico rodado. La media de partículas en suspensión cae por primera vez por debajo de los 20 microgramos por metro cúbico, límite máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Bajan también los niveles de ozono y de monóxido de carbono.

El Ayuntamiento liga el descenso de la contaminación, que consolida cinco años de mejoría, a las políticas de movilidad (la puesta en marcha de la línea completa del tranvía el año pasado, la extensión de los carriles bici...) y los avances en la eficiencia energética de los edificios, sobre todo en los nuevos barrios.

La mayoría de las mediciones sitúan a las zonas de las estaciones de Centro y Las Fuentes como las que tienen la peor calidad de aire. Sucede sobre todo con el ozono, el dióxido de nitrógeno y el de azufre. Las Fuentes es el barrio que mayor incremento de partículas en suspensión ha registrado desde el año 2011, según los datos del Ayuntamiento.