Las Aulas de la Tercera Edad, programa puesto en marcha en España en 1978 a propuesta del jesuita Francisco Verdú Garrido y fundado en Santiago por otro religioso de la Compañía de Jesús, Francisco Gómez, estrena este año en la capital de Galicia dos nuevas actividades: pilates en el agua y un cinefórum sobre literatura que arranca con 'El principito'.

Esta asociación sin ánimo de lucro amplía así la oferta para sus 270 alumnos, que tienen en común el hecho de residir en Compostela o alrededores, que superan los 50 años de edad y las ganas de tener un envejecimiento activo.

"Se trata de saber manejar todos los medios que tenemos a nuestro alcance porque, de lo contrario, si nos encogemos de hombros, no somos jubilosos sino jubilados", ha explicado Agustín, de 78 años, este jueves a los medios, durante una jornada de puertas abiertas en el edificio de los jesuitas de Virxe da Cerca —junto a la Escuela Mestre Mateo—.

Mientras asiste a la clase de informática, a la que va martes y jueves, Agustín comenta que también recibe clases de pintura al óleo, coro y 'awasan', que es el nuevo proyecto, en la piscina de Roxos —en las afueras de la ciudad—, al que se han unido, por el momento, una docena de alumnos de estas aulas de la tercera edad. Allí hacen pilates, ejercicios cardiovasculares, respiratorios, musculares y articulares adaptados a sus posibilidades.

Método de aprendizaje "muy bueno"

Isabel Moreiro, profesora de inglés y una de las coordinadoras de la asociación en Santiago, señala que las actividades de las Aulas de la Tercera Edad se estructuran en cuatro grandes áreas: cultural, ocupacional, de salud y ocio. Así, en el primer apartado hay aulas de literatura, historia del arte y etnografía de Galicia —estas dos las imparte voluntariamente una docente ya retirada—, francés e inglés de diferentes niveles y charlas-coloquio.

En cuanto al segundo eje, personas como Agustín o María José, que, a sus 62 años, acude por primera vez al centro y opina que utiliza "un método de aprendizaje muy bueno", pueden realizar manualidades, pintura, dibujo, teatro, música-coro, 'rondalla', informática de diferentes niveles, tabletas digitales (Ipad) y fotografía digital.

Las tabletas,

"muy de moda"

"Les interesa sobre todo el uso de Internet, las redes sociales, el correo electrónico y cómo hacer compras online. También aprenden sobre el uso general del ordenador y de las tabletas, que ahora están muy de moda", explica Santi, profesor de informática, en un receso de la clase para atender a los periodistas.

"Hacemos excursiones una vez al mes. El 16 de enero fueron a Toledo, por el centenario de El Greco, y algunos ya, de lo que les gusta la tableta, ni llevaron la cámara de fotos. Luego llegaron aquí y nos pasaron las fotos", relata Moreiro.

GIMNASIA, TAICHÍ, CELEBRACIONES...

Al otro lado del pasillo, unas 15 mujeres —como en otros ámbitos, ellas son mayoría en estas aulas de la tercera edad— dan clase de gimnasia. Son las 11 de la mañana y algo después empieza la lección de francés.

Pero, para ejercitarse, estos jubilados —"jubilosos", insiste Agustín, que empezó su carrera como director del internado de Peleteiro y la acabó como jefe de personal en la Xunta, previo paso por la oficina de empleo de Santiago— también van a memoria, pilates, ioga, taichí, iogailates, salud y bienestar, danzaterapia, habilidades sociales y zumba-baile activo.

Y no todo es deporte, así que en la sede de los jesuitas no se dejan de celebrar la Navidad, los Carnavales y el Día de las Letras Galegas. Las salidas al exterior se complementan con visitas culturales a exposiciones y museos, participación en encuentros, festivales y congresos.

Desde los 50,

Hasta los 95 AÑOS

Carmen Canedo, de 95 años y alumna de literatura, y José María Paz, de 93 y algo más atareado —asiste a clases de literatura, arte y etnografía— son dos de los miembros más mayores de las Aulas de la Tercera Edad en Santiago.

En el otro lado, personas como María José, que acaba de acogerse a la jubilación anticipada tras toda una vida como maestra, aplaude igualmente la programación de este centro. "Vienes y encuentras caras conocidas. Siempre me gustó la informática, y aquí el método de aprendizaje es muy bueno, junto a otra gente. Estoy muy contenta de la profesión que tuve pero ahora no lo echo de menos, mi tiempo lo tengo muy bien ocupado", destaca.