El Parlamento de Ucrania ha aprobado este miércoles, tras una maratoniana sesión extraordinaria, una amnistía que dejará en libertad a casi todos los detenidos durante las multitudinarias protestas populares y disturbios de los últimos dos meses. Tras dos días de negociación y reuniones, oficialistas y oposición aprobaron por 232 votos un proyecto de ley de amnistía consensuado para dejar en libertad a todos los detenidos con la excepción de aquellos que hayan cometido delitos graves.
El texto de la ley no ha trascendido pero su autor ha explicado que ofrece una amnistía a casi todos los detenidos por la Policía si finalmente el Ayuntamiento de Kiev y otros edificios oficiales en varias ciudades del país quedan libres de manifestantes. El diputado Yuri Miroshnichenko ha advertido de que el perdón sólo comenzará a aplicarse si se cumplen estas condiciones.
El oficialista Partido de las Regiones y el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, lograron que la oposición europeísta se haya comprometido a abandonar las sedes administrativas tomadas por sus activistas durante las protestas. La oposición también puede presumir de no haber cedido, ya que seguirán ocupando la Casa de los Sindicatos y el Palacio de Octubre, al tiempo que no tendrán que desmontar la ciudadela de tiendas de campaña instalada desde finales de noviembre en el corazón de Kiev, como pretendía Yanukóvich y su partido.
La amnistía entrará en vigor cuando los opositores desalojen todos los edificios administrativos, informaron las agencias ucranianas.
El líder de la ultranacionalista Svoboda, Oleg Tiagnibok, apuntó a la salida de la sesión parlamentaria que será la llamada Rada Popular, como se ha proclamado el grupo de manifestantes pacíficos que se reúnen todos los días en la plaza de la Independencia de Kiev, conocido también como el Euromaidán, quién decida los próximos pasos de la oposición.
Ante las crecientes manifestaciones europeístas en el centro de Kiev, ocupado por la oposición, la mayoría parlamentaria oficialista aprobó el pasado día 16 una serie de leyes para restringir el derecho de reunión y otras libertades civiles, lo que reprodujo las protestas multitudinarias.
Tres días después, la capital se convirtió en escenario de violentos choques entre manifestantes y policías antidisturbios que se cobraron varios muertos (seis, según la oposición; tres, de acuerdo con la versión oficial) y centenares de heridos. Varias de esas leyes fueron derogadas el pasado lunes.
El 23 de enero, ante la gravedad de la situación, las autoridades y los líderes opositores acordaron una tregua e iniciaron un proceso de negociaciones.
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