La consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Ejecutivo andaluz, María Jesús Serrano, ha indicado este miércoles que la valoración de las alegaciones al Plan del Corredor del Litoral se llevará a cabo "sin perder de vista el respeto por las opiniones nacidas del diálogo entre la Administración y los ciudadanos, el espíritu irrenunciable de proteger el medio ambiente andaluz y la realidad social y económica actual de Andalucía".

Serrano, que ha participado en la clausura de las jornadas 'La Costa del Sol: hacia un nuevo modelo territorial', que organiza en Marbella (Málaga) la Cátedra Rafael Escuredo de Estudios sobre Andalucía, ha destacado la participación en la fase de información pública de este Plan, que finalizó el pasado 31 de octubre, de 62 municipios litorales, la Administración General del Estado, las diputaciones, el resto de consejerías implicadas, las universidades de las provincias litorales, colegios profesionales y diversas entidades ciudadanas.

La titular andaluza de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha advertido de que "no podemos consentir otro episodio como el del hotel de El Algarrobico —en el municipio almeriense de Carboneras—, que es uno de los espacios de mayor protagonismo ecológico de nuestra tierra".

Durante su intervención, ha afirmado que la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha recibido un total de 917 escritos que contienen más de 4.000 alegaciones al Plan del Corredor del Litoral durante el citado período de información pública.

SOSTENIBILIDAD

Según Serrano, es necesario afrontar el planeamiento urbanístico desde un punto de vista sostenible, a lo que ha agregado que "diálogo, protección de lo natural y reactivación económica son las tres claves no solo para el desarrollo del Plan del Corredor del Litoral, sino las tres premisas que pretendo aplicar en mi gestión al frente de la Consejería". Además, ha añadido, "Andalucía necesita esa mezcla de desarrollo sostenible y empleo de calidad".

Por último, ha incidido en que "el Plan no pretende suprimir desarrollos urbanísticos, sino eliminar falsas expectativas, estrechamente ligadas a movimientos especulativos y poco dados a cumplir la legalidad ambiental", recordando los casos del hotel de El Algarrobico o el proyecto de Valdevaqueros, en Tarifa (Cádiz).