Por ello, a partir de ahora, todas las empresas que decidan llevar fuera de este territorio su actividad deberán devolver las ayudas recibidas por la Diputación en los últimos siete años, junto con los intereses de demora. No se deberán reintegrar las subvenciones destinadas a la promoción del euskera ni las dirigidas a la formación de los trabajadores. La Diputación entenderá que una empresa se deslocaliza cuando traslade su actividad sin razones de viabilidad económica justificadas.