Los impagos de los morosos han dejado a finales de 2013 un agujero de 43 millones de euros en las arcas municipales del Ayuntamiento de Zaragoza. Es el dinero que ha dejado de ingresar el Consistorio en conceptos relacionados con los impuestos, las tasas o las multas de tráfico o las sanciones urbanísticas.

Incluso el cobro de la plusvalía, que a lo largo de 2013 se disparó hasta duplicar las previsiones iniciales que había hecho el equipo de Gobierno de Belloch, acabó el año con facturas pendientes.

En total, entre los impuestos directos e indirectos, los precios públicos y las multas tanto de tráfico como de las ordenanzas municipales y las derivadas de infracciones urbanísticas, el Ayuntamiento dejó de ingresar a finales de diciembre 43 millones de euros de empresas y particulares que no han satisfecho sus facturas o que han ido retrasando sus pagos.

Y todo ello a pesar de que el Ayuntamiento envía de forma periódica decenas de miles de cartas a los ciudadanos morosos apremiándoles a pagar e incluso iniciando procedimientos judiciales contra los que se niegan a cumplir con sus obligaciones tributarias.

El impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) es el que más dinero ha dejado pendiente de cobro, casi diez millones de euros (de 151 millones en recibos que pasó a lo largo de 2013 el Ayuntamiento). Le sigue el recibo del agua, con 6,1 millones, el servicio de recogida de basura y reciclaje, con 5,3 millones, el cobro de la plusvalía, con 5,1 millones, y las multas de tráfico, que a finales de diciembre aún suponían 4 millones de euros pendientes de cobro (de un total de 11,5 millones de euros puestos en sanciones).

En total, al cierre de 2013 los morosos debían al Ayuntamiento de Zaragoza 20,3 millones de euros en impuestos directos, unos 136.000 euros de los indirectos y 22,7 millones en recibos pendientes de tasas y precios públicos, dentro de los que se contabilizan algo más de 6 millones entre multas de tráfico y sanciones relacionadas con las ordenanzas municipales y la construcción y obras. En total, con estos conceptos se lanzaron el año pasado recibos y sanciones por valor de 406 millones de euros.

El problema se agrava además porque, lejos de reducirse, el agujero que van creando los impagos en las arcas municipales crece año a año y se va acumulando. A finales de 2013 estaba en torno a los 150 millones de euros. El aumento durante los últimos años ha sido constante: 55,5 millones en 2009, casi 95 millones de euros en 2010, 118,4 en 2011 y 115,5 en 2012.