A Gina Monserrat su pareja, un argelino de 36 años, le quitó la vida clavándole varias puñaladas. Tras el homicidio intentó suicidarse, según la Jefatura Superior de Policía. Los hechos ocurrieron en el domicilio de ambos en el número 25 de la calle Carabelos, en la colonia de San Fermín, en Usera. Los sanitarios que se acercaron hasta el escenario de la tragedia encontraron a la mujer con múltiples heridas incisivas en el tórax. Trataron de reanimarla durante 30 minutos, pero Gina no salió de la parada cardiorrespiratoria en la que se encontraba.
En el domicilio estaba el presunto agresor, que se autolesionó con un arma blanca en cuello y tórax. Fue trasladado al 12 de Octubre con pronóstico muy grave. Gina había denunciado por malos tratos a su pareja varias veces.
Un infierno cada día
Gina Monserrat y su pareja vivían en un infierno cotidiano cuyo desenlace no ha sorprendido a quienes les conocían. Los vecinos aseguran que las discusiones eran constantes y que la custodia de los tres hijos de la pareja les fue retirada. Otra vecina señaló que la última discusión de Gina y su compañero fue por un dinero que la víctima había sacado del banco y que su presunto agresor quería quitarle.
La mujer que falleció en Orusco de Tajuña estaba casada y tenía dos hijos, una chica y un chico veinteañeros. Según el alcalde, el presunto homicida es Alejandro Martín, un vecino de 43 años a quien la familia de la fallecida había denunciado por amenazas.
El presidente de la Audiencia Provincial de Madrid, Francisco Javier Vieira, señaló ayer, por su parte, que «es un error judicializar todos los casos de violencia de género». El magistrado propuso «soluciones alternativas a la vía penal».
El año pasado cinco mujeres y dos hombres murieron por sus parejas o ex parejas en la Comunidad de Madrid. En España ya son catorce las fallecidas en lo que va de año.
Encuentro con un maltratador
Una mujer de 48 años, cuyo ex marido tiene una orden de alejamiento por haberla maltratado, denunció ayer que el centro de encuentro familiar fijado por la juez para que su hija vea al padre está situado justo enfrente de la vivienda de este último. Según informó Efe, tanto la niña, de 13 años, como la víctima, M. M. A., de baja y en tratamiento psiquiátrico, están «muertas de miedo». La mujer ha señalado que anteriormente tenían fijado otro centro, pero que la juez lo cambió ante una solicitud del ex marido.
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