Las Tablas de Daimiel, más hectáreas y mejor salud

  • Las Tablas de Daimiel son la segunda zona húmeda de España tras Doñana.
  • Son el último ejemplo de los humedales que ocuparon el centro de la Península.
  • Esencial para la avifauna europea, desde este año suma 1.102 hectáreas más hasta alcanzar una superficie total de 381.716,49 hectáreas.
Las Tablas de Daimiel celebran su cuarenta cumpleaños como Parque Nacional, un lugar que ha pasado de ser extraordinario para la caza a ser privilegiado para la conservación de la fauna.
Las Tablas de Daimiel celebran su cuarenta cumpleaños como Parque Nacional, un lugar que ha pasado de ser extraordinario para la caza a ser privilegiado para la conservación de la fauna.
Mariano Cieza Moreno/ EFE
Las Tablas de Daimiel celebran su cuarenta cumpleaños como Parque Nacional, un lugar que ha pasado de ser extraordinario para la caza a ser privilegiado para la conservación de la fauna.

Las Tablas de Daimiel son un hermoso mar interior que nos sorprende en el norte de la provincia de Ciudad Real. Un "mar" que es la segunda zona húmeda de España y Zona de Especial Protección para las Aves. Último representante de las "tablas fluviales" que antes ocupaban el centro de la Península, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel constituye un centro esencial para la avifauna europea.

Hace solo unos días se aprobaba la ampliación de los límites del Parque en un total de 1.102,51 hectáreas sobre fincas de titularidad pública. De este modo, las Tablas de Daimiel tienen una superficie total de 381.716,49 hectáreas. Y esto ocurre en un momento en que el parque muestra un magnífica salud gracias al ciclo de lluvias de las últimas temporadas.

Se trata de una balsa subterránea que se renueva con las infiltraciones de las lluvias, las pérdidas de los ríos que discurren por su superficie y los aportes de las rocas calizas de los Campos de Montiel. Este extraordinario ecosistema es fruto de la confluencia de dos ríos: el Cigüela, estacional y de aguas salobres, y el Guadiana, que aportaba aguas dulces de forma permanente. Y también de otras aguas subterráneas que llegaban a aflorar en el mismo espacio protegido, los llamados "ojos" u "ojillos" según su tamaño, siendo los más famosos los Ojos del Guadiana.

En el parque son características las ovas o praderas sumergidas, y formaciones como el carrizo o la masiega. Los ejemplares de taraje integran la mayor masa arbórea de la reserva, formando pequeños bosques que rodean las islas. Con la reciente ampliación, se incluye una representación de un encinar sobre calizas, con su correspondiente sotobosque, una amplia representación de dehesa manchega, así como diversas tipologías de vegetación de depósitos eólicos.

Las Tablas de Daimiel es lugar de paso o asentamiento para una rica y variada avifauna. Entre las especies de aves que habitan el parque podemos destacar los somormujos, la garza real, el martinete, la garcilla bueyera, la garceta común, el zampullín cuellinegro, el zampullín chico, las cigüeñas, los ánades reales, los patos colorados o los aguiluchos laguneros. En la zona también habitan nutrias, zorros y jabalíes.

Andando sobre un mar interior

El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel es, ya queda descrito, un lugar bello y necesario, que además podemos recorrer andando en gran parte. Sus pasarelas nos permiten adentrarnos en las aguas someras y en el carrizal, donde se esconden algunas aves y reptiles.

El taraje que ocupa la explanada del Centro de visitantes nos muestra un adelanto de una flora distinta, determinada por la estacionalidad del agua, la salinidad, la humedad y materia orgánica. Cuenta con más de una decena de observatorios y tres itinerarios diferentes: Laguna permanente (unos 800 metros), la isla del Pan (2 kilómetros), la Torre de Prado Ancho (kilómetro y medio).

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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