Las propuestas habrían sido consensuadas por obispos de ambas iglesias y se harían públicas este año.

El documento al que ha tenido acceso The Times consta de 42 páginas y en él se abordan algunas de las condiciones que deberían darse para que ambas inglesias se unieran.

La declaración está siendo examinada por el Vaticano, donde los obispos católicos están preparando una respuesta formal.

Reunión en Tanzania

La noticia de estos contactos surge mientras los arzobispos de las 38 provincias de la Iglesia Anglicana se reúnen en Dar es Salaam, Tanzania, para evitar un cisma causado por propuestas como la ordenación de sacerdotes gays o otras doctrinas que se van abriendo paso en la Iglesia occidental.

Los obispos anglicanos intentan aparcar sus diferencias y publicar una declaración de doctrina común, pero se ha sabido que siete de los primados conservadores reunidos en Tanzania se negaron a compartir en dos ocasiones la comunión con el resto de los asistente, por lo que existe una posibilidad real de cisma.

Si las discusiones en Tanzania terminan dividiendo la Iglesia anglicana en dos bandos irreconciliables, liberales y conservadores, el diario británico asegura que la Iglesia católica no pondría tantos reparos para unirse con estos últimos, ya que coinciden en oponerse a cuestiones como la ordenación de la mujer o de los gays.

Hay cerca de 78 millones de anglicanos, frente a 1.000 millones de católicos.

Más católicos que anglicanos en Inglaterra

En Inglaterra y Gales, la Iglesia católica ya está cerca de sobrepasar a la anglicana, gracias al flujo de inmigrantes católicos a esos países.

El informe que explora la posible unión entre ambas iglesias ha sido preparado por la Comisión Internacional Anglicana-Católica Romana para la Unidad y la Misión, creada en 2000 para encontrar una manera de avanzar hacia la unión mediante "la vida común y la misión".

El documento filtrado habla de "comunión imperfecta" entre ambas iglesias pero dice que hay suficiente terreno común como para plantearse la posibilidad de una unión jerárquica y otras cuestiones.

Además de la posibilidad de contar con un primado universal para ambas iglesias, el documento también avanza medidas como que los obispos de un credo participen en los sínodos del otro y que los miembros de una iglesia puedan asistir a los servicios, peregrinaciones y procesiones de anglicanos y viceversa.