Los vecinos de El Real de San Vicente despidieron el lunes a G.R.R., así como a los tres miembros de su familia a los que mató con un hacha el pasado sábado, en una misa que el cardenal Primado y arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, concelebró con cuatro sacerdotes en la iglesia de la localidad.
Cañizares ofició el funeral acompañado por el vicario de Talavera de la Reina, Felipe Díaz; el párroco de El Real de San Vicente y otros dos sacerdotes.
Más de 300 personas abarrotaron la iglesia, a la que pocos minutos antes de las 13:00 horas llegaba el alcalde, Antonio Rubio, acompañado del diputado provincial de Turismo, Esteban Ríos.
Amigos del hijo del parricida, D.R.C., de 27 años, ayudaron a entrar en la iglesia los cuatro féretros -el de G.R.R., de 59 años, el de la esposa y madre de éste, J.C.I., de 62 años, y S.R.A., de 91 años, y el del joven-.
Entre muestras de dolor y gritos
Los allegados a los fallecidos llegaron entre muestras de dolor y gritos a la iglesia, y dos psicólogos se pusieron al lado del primer banco, donde se sentaron los familiares de la esposa del parricida, entre ellos sus dos hermanas, por si precisaban ser atendidos en algún momento.
La misa empezó en torno a las 13:30 horas y antes de comenzar el cardenal Primado consoló a los familiares de los fallecidos.
Antonio Cañizares dijo que "estamos aquí para encomendar el alma de Gregorio, Salvadora, Julia y David" y añadió que "especial misericordia pedimos para Gregorio", que se suicidó tras dar muerte con un hacha a los otros tres miembros de la familia en El Real de San Vicente y herir a dos hijas, que vivían en Talavera de la Reina.
El cardenal señaló que G.R.R. "se ocupó de su familia como pocos" y agregó que "él fue misericordioso, ¿cómo Dios no va a tener misericordia con él?".
Los féretros fueron subidos sobre las 14:30 horas al cementerio de El Real de San Vicente, acompañados por vecinos, muchos de los cuales no pudieron entrar a la iglesia, que sobre las 13:00 horas estaba ya llena.
Una segunda autopsia
Los funerales fueron retrasados por la petición del juez de hacer una segunda autopsia de Gregorio Ramos, que incluya un informe toxicológico para conocer si pudo haber tomado algún tipo de sustancia.
En El Real de San Vicente está fue donde tras dar muerte la madrugada del sábado a su madre, su mujer y su hijo, se desplazó Gregorio, de 59 años, hirió a sus dos hijas y a continuación se suicidó arrojándose por la ventana del noveno piso en que éstas vivían.
Su hermana, de 25 años, se encuentra ingresada en el hospital Nuestra Señora de Prado de Talavera de la Reina en estado de observación.
Desesperada situación familiar
Gregorio Ramos se encargaba de toda la familia por sus problemas de salud, ya que la madre padecía alzheimer, su esposa tenía problemas en las piernas y dos de sus hijos sufrían depresiones, según explicaron vecinos de esta familia que era muy conocida en la zona.
La mayor de las hijas que sobrevivió al ataque padece problemas depresivos, según añadieron los vecinos, que recordaron que el hombre estaba prejubilado, había sido conductor de autobús y era habitual verle haciendo la compra.
Por su parte, el hijo asesinado había trabajado en una carnicería y en un taller de reparación, pero llevaba meses sin trabajar a consecuencia de las depresiones que padecía.
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