Un licenciado tiene un 28% más de probabilidades de tener trabajo que una persona con estudios primarios

El empleo en el sector de la construcción se sitúa en niveles similares a los de mediados de la década de los 60

Un licenciado tiene alrededor de un 28 por ciento más de probabilidades de tener trabajo que una persona con sólo estudios primarios, según se desprende del cuaderno de Capital Humano 'Cambio educativo y productivo en España. 1964 - 2013'.

Este estudio, publicado por Fundación Bancaja y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), ofrece información detallada sobre el nivel educativo de la población española, su relación con el mercado de trabajo y el sector en el que desarrolla su actividad económica, a nivel nacional y regional.

Así, asegura que el nivel de estudios influye positivamente en la inserción en el mercado laboral y que la población con mayor nivel de estudios terminados presenta las menores tasas de paro. En esta línea, señala que las personas con estudios universitarios o de Ciclos Formativos de Grado Superior presentan un nivel de desempleo en la actualidad que no supera el que se alcanzó en las anteriores crisis económicas.

Tener una licenciatura se asocia a una probabilidad de ser activo 28,4 puntos porcentuales superior que si se tienen estudios primarios, y 27,8 puntos porcentuales más de estar ocupado que un individuo con estudios primarios.

El estudio Fundación Bancaja-IVIE muestra el avance educativo que ha tenido lugar en España en los últimos 50 años y que se ha mantenido durante el periodo. En esta línea, indica que entre 1977 y 2013 se ha producido un incremento de cuatro años en el indicador de años medios de estudio pasando de 6,6 a 10,6 años medios de estudio, sin que se registre retroceso alguno en ningún momento.

En los casi 50 años que analiza el estudio, el porcentaje de población con estudios universitarios se ha multiplicado por 8,4, alcanzado el 18 por ciento de la población en edad de trabajar. Por su parte, los analfabetos son, en la actualidad, prácticamente testimoniales.

Respecto a los sectores de activad, la agricultura ha perdido un 81 por ciento de ocupados desde 1964 hasta la actualidad, mientras que la energía y la industria también han seguido una trayectoria de disminución del empleo, con reducciones del 25 y el 20 por ciento, respectivamente.

La evolución del sector servicios ha sido totalmente distinta, ya que su crecimiento de 1964 a 2013 ha sido del 240 por ciento para los servicios destinados a la venta y de un 280 por ciento para los no destinados a la venta.

La construcción, por su parte, ha tenido un crecimiento del 106 por ciento hasta 2007, pero desde 2008 ha destruido 1,4 millones de empleos y se sitúa en los niveles de mediados de la década de los 60.

En cuanto a la incidencia del paro en las autonomías, los datos son muy dispares, con diferencias de hasta 20 puntos porcentuales. El País Vaso registró la mínima tasa de paro en el segundo trimestre de 2013, con un 15,5 por ciento, mientras que Andalucía mostró un 35,8 por ciento.

Capital humano

Por otra parte, el informe ofrece indicadores de capital humano que tienen en cuenta cómo valora el mercado de trabajo esa formación a través de los salarios en función de la productividad. Así, atendiendo al capital humano que se está utilizando en función de características de los trabajadores relevantes para su capacidad productiva como la experiencia y el nivel de estudios, en las regiones de la cornisa cantábrica, salvo Galicia, junto con Aragón, Castilla y León y Madrid cada ocupado tiene un capital humano que le confiere una capacidad productiva equivalente a la de tres trabajadores sin capital humano.

Por su parte, las regiones del suroeste y ambos archipiélagos son las que muestran menores dotaciones de capital humano per cápita en 2013.

Respecto a la evolución durante la actual crisis económica, Asturias, Comunitat Valenciana, Castilla-La Mancha, Murcia y Andalucía son las comunidades en que más ha crecido este indicador sobre la población ocupada, con valores en torno al 13 por ciento, mientras que la menor variación se aprecia en País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, Illes Balears y Extremadura.

Destacan los casos de Asturias, con uno de los valores más elevados de la variable de capital humano y una de las mayores tasas de crecimiento entre 2008 y 2013, e Illes Balears y Extremadura, que con unos de los valores más bajos de capital humano presentan unas tasas de variación que se sitúan en el tercil inferior de la distribución.

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