La exposición 'Souvenir de la vida. El legado de Guillermo Pérez Villalta' abierta a público en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo desde el 12 de julio de 2013 hasta el pasado 12 de enero de 2014, ha sido visitada por un total de 35.417 personas, siendo la segunda muestra más visitada en el CAAC tras la de Ai Weiwei 'Resistencia y tradición', en el año 2013.

La muestra, además del hecho expositivo, ha supuesto un gran acontecimiento cultural y artístico al suscribirse un acuerdo entre el museo y Guillermo Pérez Villalta a través del cual el artista ha realizado el legado de su patrimonio a la Juntade de Andalucía mediante testamento. Hasta este momento, Pérez Villalta ha realizado ya una donación de 29 obras entre dibujos, mobiliario y esculturas al CAAC, y además ha hecho un depósito de 269 piezas entre dibujos y libros de viajes. Este depósito, se indica en una nota, se irá incrementando paulatinamente. Como parte de este acuerdo, el museo se compromete a tutelar la integridad y unidad del legado, así como su conservación y difusión.

En este sentido el CAAC ha llevado ya a cabo la catalogación de 527 obras, así como se ha realizado la restauración de la pieza 'David y Goliat' del año 1982, un óleo sobre lienzo. El restaurador del museo, José Carlos Roldán, llevó a cabo un exhaustivo análisis de la conservación de la pieza, detectando problemas que afectaban al soporte (tela) y a su estructura (bastidor de madera). Una vez consultada la documentación y tras la entrevista con el autor, se decidió que para que la obra se incorporase a la exposición 'A partir de Figura. Una posible lectura de los 0' inaugurada el pasado 20 de diciembre, era urgente una intervención integral para preservar su conservación y hacer posible una correcta exhibición de la pieza.

El análisis de la obra evidenció que existían problemas en la zona inferior de la tela en contacto con el bastidor y con el junquillo perimetral de protección. Estos deterioros habían debilitado el soporte y modificado las características estructurales de este, imposibilitando la función de tensión del bastidor y presentando desgarros, lagunas y faltas en el soporte, además de algunos cambios en la policromía.

Primero se elaboró una documentación exhaustiva de los elementos y su estado que establecieron los criterios para su tratamiento. Se decide la eliminación del bastidor que ya no permite su función de manera correcta fijándose a otro nuevo de pino con cruceta. Asimismo por decisión consensuada con el artista, se recuperan los bordes con color y se decide no enmarcar por lo que se retiran los junquillos perimetrales dejando mas limpia la superficie ya que estaban pintados los bordes.

Se procede a la eliminación de depósitos en anverso y reverso y limpieza mecánica en superficie. Se somete todo el soporte a desinfectación y eliminación de otros elementos biológicos con aspiración e hisopos. Los técnicos del taller de restauración del CAAC corrigen las deformaciones en la superficie del soporte con presión localizada y consolidan los bordes, volviendo a incorporar fibra b y colocando elementos auxiliares desde el reverso adhiriendo toda la trama. Todas estas operaciones se realizan sobre todo en el tramo inferior de la pieza.

Aunque se observa que la superficie pictórica tiene estabilidad y buen estado en general, tras la limpieza se unifican zonas con alteraciones y se decide la reintegración del soporte y su policromía con materiales reversibles. Estos tratamientos permiten a partir de ahora que la tela en estas zonas localizadas vuelva a tener su estabilidad y consolidar de manera eficiente las zonas debilitadas. A su vez se recuperan los aspectos cromáticos dañados y ello nos permite apreciar todo el conjunto de matices en una pieza que mantiene una excelente ejecución y viveza después de 32 años.