Las cinco familias que fueron desalojadas de sus viviendas del barrio de Ferrol Vello en la noche del miércoles debido al peligro de derrumbe de un edificio no podrán regresar a sus casas el fin de semana, según han confirmado fuentes municipales.

Una empresa se encargará de apuntalar el edificio, el número 12 de la calle Carmen Curuxeiras en el que se registraron grietas en sus paredes, a partir del lunes. Los técnicos de la empresa ya han supervisado el lugar para informar sobre los trabajos que se tendrán que acometer.

Al margen de esta obra, el área de Urbanismo del Ayuntamiento tendrá que determinar si existen daños estructurales en el edificio que obliguen a otro tipo de intervención.

El desalojo ha afectado a cinco familias, que residían en el edificio afectado, el 12, así como el colindante, el 10, y el situado justo enfrente, el 16. El inmueble que presenta daños consta de bajo y tres alturas y estaba habitado en la primera planta por una mujer que vivía sola, en la segunda, por una familia de seis miembros -un matrimonio, sus dos hijos pequeños y los padres de la mujer-, y dos mujeres en la tercera planta.

Tras el desalojo, cuatro de los afectados han solicitado al Ayuntamiento ser realojados en hoteles. Los demás han optado por las viviendas de familiares o conocidos.

La calle de Carmen Curuxeiras continúa acordonada. Es una de las que presenta mayor deterioro en sus inmuebles del casco histórico de Ferrol Vello. Desde febrero del pasado año ya está cortada en su parte principal debido a la caída de varios edificios abandonados.

A esta situación se sumó una nueva caída de cascotes. En la tarde de este jueves, al patio de la casa situada en el número 40 cayeron restos del edificio colindante, el 42, que está en estado de ruina. Los bomberos y la Policía Local se desplazaron hasta el lugar, pero no fue preciso desalojar a los residentes del edificio número 40.