Una ruta por tierra de castañas en el noroeste de Tenerife

La castaña tinerfeña goza de un reconocido prestigio por su valor nutritivo y características culinarias. Alimento básico en la dieta de subsistencia del campesino, su presencia en Tenerife se remonta a las primeras décadas del siglo XVI. El impresionante castaño llamado De las Siete Pernadas –que aún puede verse en Aguamansa– data de esa época.

Las aplicaciones culinarias y reposteras de la castaña son muchas. Como plato principal o acompañante, en tartas, licores, mermeladas y hasta gominolas. Hoy en día, el fruto más tradicional del calendario de otoño forma parte de otras elaboraciones más sofisticadas.

La castaña se rodea de un halo de tradición; en el caso de Tenerife en la fiesta que en su honor se celebra anualmente en la localidad de La Matanza de Acentejo. La Semana de la Castaña empezó hace unos años para promover el consumo de uno de los productos más típicos de la zona. En esta localidad rodeada de viñedos y cultivos de papas, hay que subir hasta La Vica, con su mirador y área recreativa. Desde aquí nace la ruta circular conocida como "de los castaños".

En el vecino pueblo de Santa Úrsula también se rinde "culto" a la castaña. Esta población es el lugar ideal para contemplar el valle de La Orotava, un paisaje donde conviven plantaciones, edificios, bosques de pinos y, en lo más alto, la punta del nevado Teide. La cueva del Mencey Bencomo, en el vecino pueblo de Santa Úrsula, es el lugar ideal para contemplar el valle de La Orotava, un paisaje donde conviven plantaciones, edificios, bosques de pinos y, en lo más alto, la punta del nevado Teide.

Y además de La Matanza de Acentejo y Santa Úrsula quedan alrededor Tacoronte, El Sauzal, Tegueste, La Laguna y el otro Acentejo, La Victoria de Acentejo.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!