Este borrador, que ha sido remitido al consejo escolar para su debate antes de su aprobación definitiva, establece que será cada colegio el que desarrolle esta ley, elaborando su propio reglamento para los alumnos.
MP3 apagados
Además de tener el móvil apagado, en el curso 2007- 2008 tampoco podrán encenderse aparatos electrónicos en las aulas (MP3 y consolas) que puedan distraer la atención, ante las numerosas quejas de los docentes. Por tanto, si un alumno recibe una llamada o un mensaje, cometerá una falta leve. La reiteración de faltas leves podría conllevar sanciones como realizar trabajos después de clase, e incluso la expulsión durante seis días, que sería inmediata, lo que refuerza la autoridad del profesor. Esta sanción también se contempla para los actos graves de indisciplina, faltas de asistencia sin justificar o dañar las instalaciones del centro.
Además, el acoso escolar, la violencia y las humillaciones contra alumnos, profesores o personal del centro serán considerados faltas graves y conllevarán medidas que van desde la obligación de echarle de clase pasando por el cambio de escuela y la expulsión del colegio. De esta manera se pretende que sea el agresor el que esté obligado a abandonar el centro y no la víctima. El director también podrá echar al alumno que grabe o difunda agresiones o conductas incívicas.
«Ataque a los alumnos»
A los padres, profesores y alumnos, estas medidas de convivencia no les han gustado nada. «A nosotros nos ha pillado por sorpresa, porque la Comunidad no ha consultado a los padres», explicó ayer Mercedes Díaz, presidenta de la FAPA Giner de los Ríos.
Francisco Melcón, secretario del sindicato de profesores ANPE, cree que «el docente está desprotegido y debería ser reconocido como autoridad pública». El Sindicato de Estudiantes piensa convocar movilizaciones en marzo, porque «el director se va a convertir en una figura dictatorial», destacó Tohil Delgado, su secretario.
Vídeos de burlas y palizas
El objetivo de la Ley de Convivencia es impedir que se repitan casos como el del colegio Suizo de Alcobendas, donde, en junio, un grupo de alumnos grabó a un niño de 11 años mientras le propinaban golpes. El menor llevaba dos años sufriendo agresiones. Meses después, en octubre y también en este mismo centro, otra madre retiró a su hija de este colegio debido a los continuos «insultos e intimidaciones» de algunas de sus compañeras. El centro no ha sido expedientado.
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