Aitor Merino: "En el tema vasco todos hemos caído en la trampa del estás conmigo o contra mí"

Fotograma de 'Asier eta Biok', con los protagonistas, Asier Aranguren, miembro de ETA, y el actor Aitor Merino (a la derecha).
Fotograma de 'Asier eta Biok', con los protagonistas, Asier Aranguren, miembro de ETA, y el actor Aitor Merino (a la derecha).
Fotograma de 'Asier eta Biok', con los protagonistas, Asier Aranguren, miembro de ETA, y el actor Aitor Merino (a la derecha).

Aitor Merino, el actor que en los noventa se colgaba de un puente en Historias del Kronen, pega ahora un salto al vacío como protagonista y codirector (junto a su hemana Amaia) de la película documental Asier eta biok (Asier y yo, en euskera), en la que presenta al mundo a su mejor amigo de la infancia, Asier Aranguren, que en 2002 entró en las filas de ETA. El azar ha querido que el estreno del documental, previsto para el viernes, coincida con una nueva detención de Asier, al que este lunes el juez Velasco enviaba a prisión por formar parte del aparato de coordinación de los presos de la banda terrorista. La entrevista tiene lugar en un cine de Madrid. Merino llega muy afectado por la detención de Asier. Lo que debía ser una semana de celebración por el estreno del documental se ha convertido en "una pesadilla", explica.

¿De dónde surge la idea de realizar un documental sobre algo tan privado y conflictivo?

Soy un vasco que vive en Madrid desde hace 25 años y siempre que aquí se hablaba del tema vasco, del conflicto vasco, como se lo quiera llamar porque ya denominarlo es todo un lío, resultaba difícil. Mis amigos aquí me hacían cuestionarme las ideas que traía de allí. Y cuando iba a Pamplona, el propio Asier me cuestionaba lo que parecía que se defendía aquí. Siempre me sentí un poco en medio. Cuando Asier, mi gran amigo de la infancia, ingresa en ETA (2002) hablar de esa amistad levantaba miradas de perplejidad en mi entorno. La película surge de esa necesidad de comunicarme.  Porque de alguna forma todos hemos caído en la trampa del blanco o negro, del estás conmigo o contra mí. Tenía unas vivencias que quería contar… Aun estando absolutamente en contra del empleo de la violencia de ETA, yo mismo he defendido alguna de las causas del nacionalismo como el derecho a decidir, por ejemplo.

Cuéntele al espectador lo que va a ver en 'Asier eta biok'.

El espectador va a ver una película sobre amistad en un entorno de violencia.

¿Le resultó difícil convencer a Asier para participar en la película?

No, para nada. La película la comienzo a rodar en 2010 el día en que Asier sale de prisión (estuvo 8 años en Francia por pertenencia a banda armada). Me escondí detrás de un seto sin que él me viera y grabé el reencuentro con su familia. Una vez que nosotros nos abrazamos ya vio que estaba con una cámara. Le propuse grabar algo, no sabíamos muy bien qué. Simplemente se dio, fue surgiendo. Asier y yo tenemos una gran confianza, nos conocemos desde chavales, y eso facilitó mucho las cosas. Después, a lo largo de la grabación, nos dimos cuenta (Amaia, codirectora, y yo) de que no podíamos obviar el hecho de que Asier ha pertenecido a una organización que ha empleado la violencia. Eso era algo fundamental. Porque si obviábamos eso sabíamos que estábamos eludiendo un tema clave y el espectador jamás nos lo iba a perdonar.

¿Se puede evitar hacer un retrato complaciente de un amigo?

Eso ha sido lo más complicado, encontrar un equilibrio al mostrar, desde el respeto y el cariño, un relato que es muy duro.

¿Cree haberlo conseguido?

Creo que para Asier la película es un marrón, porque no es un retrato complaciente. Es un marrón para él, para su familia, su compañera, sus amigos, sus allegados… para todos. Él, de alguna manera, está sometido a un juicio, a una mirada que valora sus ideas, un juicio desde el cariño, pero que no deja de ser muy crítico con algunas de sus ideas,  con algunas de las cosas que ha hecho, como por ejemplo militar en ETA.

En el documental dice: "Tomé una cámara con el objetivo de hacer una película en la que intentaría responder a esas preguntas, y de paso, por qué no, acercar posturas, pero mi plan no resultaría tan sencillo…" ¿Le salieron más preguntas que respuestas?

Sí, nos han surgido más preguntas que respuestas. Como no nos sentimos con la verdad en la mano, sino que solo contamos nuestras vivencias, Amaia y yo no queremos convencer a nadie de nada en esta película. Lo que hemos hecho es trasladar esas dudas al espectador para que saque sus propias conclusiones, si es que puede, porque no son preguntas fáciles.

Vaya momento para estrenar… Asier ha vuelto a ser detenido en una operación policial contra el denominado frente de cárceles de ETA y ha dormido esta noche en la cárcel…

Fue detenido el miércoles pasado y ayer (por el lunes) encarcelado. Está en prisión condicional sin fianza. Estoy muy mal, muy triste. Lo que queríamos que fuera una semana de celebración con el estreno se ha convertido, buff, en una pesadilla. Yo lo único que sé es que Asier ha trabajado como interlocutor del EPPK (el colectivo de presos etarras) y distintos organismos sociales y políticos. Él ha hecho ese trabajo de forma pública. Francamente, los jueces sabrán por qué ha sido detenido y encarcelado, pero, buff…

¿Cree que se están dando pasos atrás en el proceso de paz?

No tengo una idea clara… Sí pensamos (Amaia y yo) que hacen falta soluciones políticas. Creemos que es un momento en el que lo importante es la palabra… avanzar. Sueño con un mundo en el que las personas pudieran mirarse a los ojos y -de humano a humano- tratar de entenderse. Sé que es un poco ingenuo, pero no dejo de soñar con ello.

El documental recibió un premio en el Festival de San Sebastián ¿Qué acogida espera fuera del País Vasco?

La película la hemos hecho para que se vea fuera de País Vasco. El mes pasado estuvimos en Badajoz y fue maravilloso. La gente aplaudió dos veces después de la proyección. Hicimos una charla interesantísima y le dimos al público unos papeles para que escribieran sus impresiones de forma anónima. Todos y cada uno de los papeles decían cosas absolutamente maravillosas… destacaban la palabra, el amor, respeto.. Lo que queremos es eso, generar un debate constructivo desde una postura conciliatoria. Entendemos que el pasado no se puede borrar y que todo el sufrimiento que se ha causado no se puede reparar, pero sí tenemos la obligación de construir un futuro mejor entre todos y para eso tenemos que entendernos.

Habrá quién reciba su película como blanda, condescendiente ¿Se ha preparado para esas críticas?

No, no me he preparado. Hemos hecho la película con honestidad. Queda meridianamente clara nuestra postura en contra de la violencia. A partir de ahí creo que cualquier idea vale. No tenemos nada de lo que sentirnos avergonzados, estamos hablando de nuestras vivencias. De alguna forma también creo que conocer al otro, que es lo que permite la película, no implica justificarlo. Conocer al otro te puede dar incluso más herramientas para estar en contra, pero eso, con conocimiento para juzgar.

Otros actores antes que usted, como Willy Toledo o Alberto San Juan, han tenido dificultades para trabajar después de posicionarse políticamente de manera abierta. ¿No tiene ese miedo? No corren buenos tiempos en la industria…

Willy y Alberto son muy amigos míos. Los dos son mucho más conocidos que yo… A lo mejor se me cierran algunas puertas, pero se me abrirán otras, y prefiero pensar en lo segundo.

En su película dice que un objetivo es explicar a sus amigos (actores españoles como Juan Diego Botto, Pilar Castro o Armando del Río, que aparecen en la cinta) su amistad con Asier ¿Qué les ha parecido?

Los amigos son un pretexto argumental para dirigirnos al público. Pero sí, hice una reunión en casa, vieron la película y surgió un debate que se alargó hasta las tantas de la mañana y que fue gratificante porque es lo que pretendíamos. Todos ellos han sido muy generosos. Tampoco es que tuvieran mucho que ganar apareciendo en esta película. Lo hacen más que nada por la apuesta por la reconciliación, por el diálogo, por el entendimiento mutuo. Por eso y por el cariño que me tienen.

Finalizada la entrevista Merino se acuerda de la madre de Asier —que aparece en un episodio clave del documental— y pensando en ella "que no tiene culpa de nada y no está muy bien de salud" dice que deberían trasladar a Asier a una cárcel cerca de Pamplona. "Al menos por humanidad hacia esa mujer", se despide.

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