Peter Jackson, Coppola, Oliver Stone y otros grandes directores que empezaron en la serie B

  • Este fin de semana se celebra en Madrid la Cutre-Con III, una convención dedicada a homenajear al cine más casposo y de peor calidad de la historia.
  • Muchos directores que hoy poseen un gran prestigio internacional comenzaron sus carreras realizando películas de serie B.
  • Pasión por el cine cutre: cuanto peor sea una película, mejor.
Cartel de la Cutre-Con III.
Cartel de la Cutre-Con III.
Guillermo de la Peña
Cartel de la Cutre-Con III.

Un año más —y ya van tres—, se celebrará en Madrid el evento conocido como Cutre-Con (24,25 y 26 de enero), una oda al cine basura, a las producciones de bajo y bajísimo presupuesto (serie B y el subgénero Z) cargadas de buenas intenciones pero con un resultado final tan pésimo que acaban convirtiéndose en joyas del humor alternativo: películas de ciencia ficción y terror con efectos especiales de tienda de "Todo a 1 euro", cintas de acción con actores de quinta categoría, cinematografía turca de los años 60 y 70, animación de calidad ínfima...

Son películas que no hay que ver solo ni en silencio. Lo mejor es verlas en grupo y comentando cada detalle, ya que son el ingenio y los comentarios jocosos los que multiplican exponencialmente el valor del esperpento audiovisual. Esta forma de ocio, algo friki, gana cada día más adeptos: gente que se reúne con sus amigos todas las semanas para ver cine cutre, que organiza convenciones y proyecciones como esta Cutre-Con, que escribe blogs y listas sobre las peores películas de la historia y que, en definitiva, venera lo casposo como obra de culto.

Este infragénero ha lanzado a la fama nombres como el de Ed Wood —al que Tim Burton dedicó una película— o el más moderno Uwe Boll, aunque no son pocos los directores considerados hoy excelentes cineastas que dieron sus primeros pasos en el pantanoso y austero terreno de la serie B.

Peter Jackson: Mal gusto

Mal gusto.Entre los directores de moda en Hollywood, Peter Jackson es el que tiene un pasado ligado a la serie B más conocido. Sus primeras películas, Mal Gusto, El delirante mundo de los Feebles y Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro, están consideradas obras de culto dentro del género. En estos primeros trabajos Jackson dio muestras de su gusto por el gore, los efectos especiales artesanales, las marionetas y, sobre todo, la imaginación como motor a la hora de contar historias.

La primera de todas ellas, Mal gusto, trata sobre una raza de extraterrestres que invaden Nueva Zelanda y secuestran personas para convertirlas en comida rápida. Todos los actores eran amigos o vecinos del director. El delirante mundo de los Feebles abandona el terror pero no el humor negro, ya que se trata de una parodia ácida de El show de los Muppets. Por último, Braindead es uno de los mayores exponentes del cine gore. La casquería es su ingrediente principal. Tras estos experimentos de juventud, Peter Jackson viró hacia un cine más serio con Criaturas celestiales, entró en el plano comercial con Agárrame esos fantasmas y, por último, alcanzó el reconocimiento internacional gracias a la gallina de los huevos de oro, la saga de El Señor de los Anillos.

Sam Raimi: Posesión Infernal

Amante de la fantasía y el terror, Raimi ha ejercido como director, productor o incluso actor en multitud de películas y series memorables: Hércules, Xena, Darkman, Rápida y mortal, Un plan sencillo, las primeras tres películas de Spider-Man... Sin embargo, sus orígenes están ligados a una trilogía bien diferente, The Evil Dead, una saga de sangre, terror y humor negro que lo elevó a la fama y le convirtió en director de culto.

La trilogía, protagonizada por el carismático Bruce Campbell, está compuesta por Posesión infernal (1981) —cuyo remake se estrenó en 2013—, Terroríficamente muertos (1987) y El ejército de las tinieblas (1992), donde las vísceras y el terror dieron un paso atrás en favor de una mayor carga de comedia.

Oliver Stone: Seizure

El director de clásicos como Platoon, Nacido el 4 de julio, JFK, Asesinos natos o Giro al infierno, tuvo un insólito comienzo en el cine. Fue en 1974, encuadrado en el género del terror de serie Z, con su primera película, Seizure (Reina del Mal). El filme cuenta la historia de un escritor que tiene pesadillas recurrentes con tres personajes de uno de sus libros: una misteriosa mujer, un enano y un gigante negro. El horror comienza cuando este trío cobra vida fuera de sus sueños y le ataca a él y a su familia. El guión de esta rareza también va firmado por el propio Stone.

Una de las curiosidades del filme es que su actor protagonista, Jonathan Frid, olvidaba a menudo sus líneas de diálogo. Ya era conocido por ello en la serie de televisión Dark Shadows (Sombras tenebrosas), pero también en Seizure coló alguno de sus despistes (segundo 24).

Francis Ford Coppola: Dementia 13

Antes de que tallase joyas de la talla de Apocalypse Now o Drácula, antes de que regalara al mundo El padrino, la que para muchos es la mejor película de la historia, Francis Ford Coppola tuvo unos inicios de lo más modesto que responden al nombre de Dementia 13, su primera película, un thriller de terror de 1963 rodado en el transcurso de nueve días en Irlanda. El guión, del propio Coppola, cuenta la historia de una mujer que decide ocultar la muerte accidental de su marido para hacerse con la herencia que le correspondía al difunto. Al trasladarse a la mansión de la familia de su esposo, se encuentra con un escenario de extraños personajes en el que comienzan a sucederse misteriosos asesinatos.

Esta película, producida por Roger Corman, supuso el debut de Coppola en solitario, aunque previamente ya había colaborado con el propio Corman en El Terror y había codirigido una comedia de bajo presupuesto titulada The Bellboy and the Playgirls.

James Cameron: Piraña 2

Piraña 2.El clásico del terror Piraña (1978), de Joe Dante, tuvo una secuela en 1982, Piraña 2: Los vampiros del mar, una película de muy baja calidad escrita y dirigida por el mismísimo James Cameron. El famoso director fue elegido después de la renuncia del realizador previsto. Había muchas dudas sobre sus capacidades, lo que provocó disputas entre los productores. Cameron no llegó a terminar la película, fue despedido a las tres semanas de rodaje.

La película cuenta el ataque de unas pirañas asesinas alteradas genéticamente que son capaces de volar fuera del agua. Esta delirante historia, junto a los escasísimos medios disponibles y un reparto de actores pésimos dieron lugar a un filme malísimo, tanto que, a día de hoy, el director de Titanic y Avatar reniega de su participación en esta película.

Álex de la Iglesia: Acción mutante

Como Quentin Tarantino, Joe Dante o Guillermo del Toro, Álex de la Iglesia es un claro amante de la serie B, un hecho que queda patente en muchas de sus películas, especialmente en la primera de todas ellas, Acción mutante. Producida por El Deseo (la productora de Pedro Almodóvar), la película no llega a ser serie B pura ya que cuenta con un presupuesto algo superior al de este tipo de filmes, pero su espíritu y su cutrez (más simulada que real) sí permiten encuadrarlo en esta categoría.

La acción transcurre en Bilbao, en un futurista año 2012 controlado por gente guapa y pija. En ese contexto, una extraña banda terrorista formada por seres deformes busca acabar con el sistema establecido. El reparto cuenta con actores de renombre como Antonio Resines, Álex Angulo, Saturnino García y Fernando Guillén. ¿El resultado? Una película que obtuvo el beneplácito de la crítica y que le reportó a De la Iglesia algunos premios y un inicio de carrera más que prometedor.

John Carpenter: Dark Star

En 1974, Carpenter (Asalto a la comisaría del distrito 13, Halloween, La cosa) coescribió, produjo y dirigió Dark Star (Estrella oscura), una película amateur de ciencia ficción y humor que realizó mientras aún era estudiante en la Universidad del Sur de California. La historia gira en torno a un grupo de astronautas con la misión de destruir un planeta inestable, aunque todo cambia cuando la bomba —dotada de inteligencia artificial— comienza a cuestionarse el sentido de la vida, con claras referencias paródicas a 2001: Una odisea del espacio).

La falta de medios era evidente. Todo estaba hecho con maquetas, juguetes y otros recursos caseros. El mejor ejemplo es un momento del filme en el que aparece un alienígena que no es más que una pelota de playa con patas. Pero el tono de humor general y el ingenio a la hora de resolver cada escena, dieron un resultado final más que aceptable. La película puede considerarse un éxito, ya que recibió el Premio Saturn a los mejores efectos especiales y le abrió las puertas a Carpenter hacia la cinematografía profesional.

Dark Star.

Jonathan Demme: La cárcel caliente

El reputado director de películas como El silencio de los corderos y Philadelphia debutó como director y guionista en 1974 con una producción de naturaleza bien distinta, La cárcel caliente (Caged Heat), un drama carcelario cargado cargado de erotismo y violencia explícita. La historia, en la que no faltan escenas lésbicas, narra una violenta revuelta en una cárcel femenina iniciada por un grupo de reclusas que desean acabar con la brutal administración de la prisión.

La cinta tiene un nivel técnico paupérrimo y la calidad interpretativa de las actrices tampoco es digna de Oscar, pero al menos Demme trató de darle algo de interés a la película utilizando un tono de denuncia social que, a día de hoy, sigue muy de actualidad en muchos países.

Peter Weir: Los coches que devoraron París

El padre de películas de culto como Único testigo, El club de los poetas muertos o El Show de Truman, se inició como guionista y director en el terreno del largometraje con Los coches que devoraron París (Cars that ate Paris), una mezcla de comedia negra, thriller y terror llena de carencias pero que ya dejaba entrever parte del talento de Weir.

El argumento gira en torno a un pueblo remoto de Australia llamado París que oculta un terrible secreto: sus habitantes viven de provocar accidentes de tráfico en la zona y saquear los vehículos y a sus pasajeros. A pesar de este interesante planteamiento, la cinta adolece de un ritmo muy irregular y se ve lastrada por la mala interpretación de todos sus actores.

John Landis: El monstruo de las bananas

Landis nunca se ha caracterizado por hacer un cine trascendental. Entre sus películas más conocidas están The Blues Brothers: Granujas a todo ritmo, Un hombre lobo americano en Londres y El príncipe de Zamunda. Sin embargo, su primer trabajo, El monstruo de las bananas, de 1973, supera en delirio a todas las demás juntas.

La historia, aderezada con toques de comedia, terror y ciencia ficción, sigue los pasos de un simio prehistórico que abandona su cueva y comienza a aterrorizar a los habitantes de un pequelo pueblo cercano. El propio Landis escribió, dirigió y protagonizó (disfrazado de mono) este filme que a menudo recuerda a Frankenstein y a King Kong, un candoroso y modesto acercamiento al cine de monstruos.

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