El expresidente de la Fundación Hemisferio y considerado presunto cabecilla del caso Cooperación, Augusto César Tauroni, ha afirmado este viernes que se ofreció a ayudar al presidente de la Fundación Cyes, Marcial López, en sus proyectos de cooperación con la intención de "ganar dinero", puesto que es "empresario" y "siempre intento proponer cosas", ha dicho.

Tauroni, único acusado en prisión en este procedimiento, se ha pronunciado en estos términos en su declaración en el juicio que se sigue en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) por la primera pieza del caso, en la que se investigan presuntas irregularidades en la concesión de subvenciones por parte de la extinta Conselleria de Solidaridad a la Fundación Cyes en el año 2008.

El empresario, quien ha sido trasladado hasta el tribunal valenciano en un furgón policial desde la cárcel de Picassent, ha comenzado a declarar a las 9.45 horas, y ha anunciado que no iba a responder a las preguntas formuladas por la Abogacía de la Generalitat, quien ejerce de acusación particular.

Así, ha comenzado el interrogatorio con las preguntas del fiscal, quien ha incidido en conocer cómo conoció al presidente de la Fundación Cyes y qué relación mantuvo con él en la concurrencia de ayudas a la Consejería de Solidaridad. Al respecto, el acusado ha explicado que lo conoce desde hace 15 o 20 años, y luego en 2008 contactaron -no recuerda quien tomó la iniciativa-- para hablar sobre proyectos.

En estos encuentros, ha indicado que no le propuso que concurriera a grandes proyectos de la consejería, -en relación con los relacionados con Nicaragua, por los que la fundación recibió 1,8 millones de euros-: "Las ONGs son las que deciden lo que hacen. Yo no puedo proponer a un tío de una ONG lo que tiene que hacer. Lo normal es que cada uno elige lo que se va a presentar", ha apostillado.

De este modo, ha expuesto que fue López quien le comentó lo de los proyectos de Nicaragua, y cuando se lo dijo le comentó que si le podía ayudar en algo, con el tema de la formación "o lo que sea", le ayudaría. "Él me dijo que se iba a presentar, le pregunté por su idea y me la explicó", ha expuesto. Luego, como es "empresario", intentó "proponer cosas": "pensaba en qué podía hacer o vender a este hombre"; "le dije que si le podía echar una mano con lo que fuera, lo haría, para intentar ganar dinero".

Al ser preguntado por los términos 'Conejo' y 'Roger Rabbit' a los que hacía alusión en sus correos electrónicos y documentos, que no se refería al exconseller de Solidaridad y diputado No Adscrito en las Corts, Rafael Blasco, tal y como se ha querido indicar, y ha pedido "dejar de lado la paranoia de Walt Disney" porque esto parece --ha agregado-- una trama con nombres de animales.

Al respecto, Tauroni ha sido muy tajante: 'Conejo' es la palabra que utiliza "en muchos ámbitos", tal y como -ha dicho-- ya ha demostrado en la fase de instrucción. "La uso en muchos contextos", ha añadido, al tiempo que ha puntualizado: "Se interpretó que 'Conejo' era Blasco, pero se demostró que era falso".

En esta línea, ha reiterado: "Es algo que he utilizado en muchos ámbitos y parece que esto es una trama en la que todos tienen nombres de animales", ha lamentado, para continuar aclarando que él también suele utilizar otras expresiones como el Pato Lucas o Mickey Mouse. La primera para referirse a la gente que no trabaja, y la segunda cuando se refería a un cliente americano que le ofreció el cambio de un barco por "otra cosa", y le pidió el dinero. Con esta exposición, ha concluido: "hay que dejar de lado la paranoia ésta de Walt Disney".

El único acusado en el caso Cooperación en prisión ha asegurado que recomendó a Marcial López, presidente de la Fundación Cyes, devolver el dinero que había destinado la entidad a la compra de pisos para ser utilizados como oficinas al verlo "angustiado" después de publicarse las primeras informaciones.

Tauroni ha indicado que él hizo un pago por adelantado a la empresa de su hermano Arturo en Nicaragua, que hizo parte del trabajo, aunque cuando se terminó no les pasaron los recibos. "Si hay un tema fiscal ya lo pagaremos y ya está", ha dicho que pensó en ese momento, para defender que el trabajo está hecho y que la empresa, pese a lo que alega la Inspección de Trabajo, tenía sede, trabajadores, "ordenadores y de todo". "Lo hicimos con la mejor manera posible. Cuando empezaron a llovernos palos nos pusimos nerviosos y a lo mejor hicimos lo que no teníamos que hacer", ha dicho Tauroni.