Las legendarias guitarras Martin también son objetos de museo

  • La fábrica de instrumentros, propiedad de la familia Martin desde la fundación en 1883, ha sido fundamental en el desarrollo de la música del siglo XX.
  • El Metropolitan de Nueva York exhibe 35 exquisitas piezas antiguas, algunas de las cuales están valoradas en  cientos de miles de euros.
  • El fundador de la dinastía de lutieres, Christian Frederick Martin, se inspiró en las guitarras andaluzas para crear un instrumento de cuerpo más sólido.
Eric Clapton en directo con su Martin modelo 000–42 fabricada en 1939
Eric Clapton en directo con su Martin modelo 000–42 fabricada en 1939
Photograph by John Bellissimo - Courtesy of C. F. Martin Archives
Eric Clapton en directo con su Martin modelo 000–42 fabricada en 1939

No hay prácticamente ningún guitarrista profesional que no tenga una Martin. Tampoco hay ningún guitarrista aficionado que no suspire por tener una. Son el referente entre las guitarras acústicas, suenan como si tuviesen corazón y, en un mundo de cadenas de producción, las sigue  fabricando a mano una empresa dirigida por el chozno —nieto en cuarta generación— del fundador de una legendaria dinastia de lutieres. Ahora, con el merecimiento de ser objetos culturales, artísticos y de diseño de primer orden, entran en un museo.

La exposición Early American Guitars: The Instruments of C. F. Martin (Las primeras guitarras americanas: los instrumentos de C.F. Martin) rinde homenaje, desde el 14 de enero en el Metropolitan Museum of Art (MET) de Nueva York, a unos instrumentos que han trascendido la marca para convertirse en sinónimos: decir Martin es lo mismo que decir guitarra acústica.

Ninguna suena tan bien

Desde 1883, cuando la fábrica empezó a producir instrumentos artesanales en un pueblo pequeño y con resonancia bíblica, Nazareth, en el estado de Pensilvania, las Martin coparon el mercado de las guitarras acústicas sajonas con cuerdas de metal. No lo consiguieron porque ofrecían el mejor precio, al contrario, siempre fueron caras, sino porque ninguna otra sonaba tan bien.

Un siglo largo y más de un millón y medio de guitarras después —el ejemplar 1,5 millones salió de los talleres en 2011—, la fábrica, que emplea a 600 personas y culmina todo el proceso de producción de forma artesanal, puede enarbolar con orgullo una lista de usuarios que practicamente es un vademeco íntegral de la música desde el final del siglo XIX hasta nuestros días: desde Johnny Cash y Elvis Presley —que utilizaban el modelo D-28 de jacarandá brasileño—, hasta Bob Dylan y Thom Yorke —que optan por el 000-18 de caoba— y un enorme etcétera que incluye a músicos de todos los repertorios y estilos.

Más sonora que las andaluzas

Adorada por los músicos, cerca de dos centenares de intérpretes han colaborado con Martin en el diseño de instrumentos especiales construidos a la medida, bautizados con el nombre del intérpete y luego también comercializados por la empresa para consumidores particulares, las Martin son el resultado del sueño de un inmigrante, Christian Frederick Martin, un alemán nacido en la Sajonia en 1796 que aprendió los secretos y propiedades de las maderas en la fábrica familiar de armarios y luego estudio en Viena la exacta ciencia de construir instumentos de cuerda. Por una disputa familiar se fue a los EE UU en 1833, deseando poder hacer una guitarra más sonora que las andaluzas del afamado lutier español Antonio de Torres, al que admiraba.

Martin empezó haciendo guitarras en la tradición andaluza y vienesa, pero en dos décadas establecería el que sería el canon de fabricación de las guitarras acústicas, vigente hasta nuestros días, creando el llamado barataje en X (situar cruzadas en forma de equis las costillas del interior de la guitarra) para soportar el mayor tamaño de la caja, la tensión de las cuerdas metálicas y el mástil más largo.

En 1900, 182 guitarras; en 2000, casi 25.000

En 1900 del taller del alemán salieron 182 instrumentos. Un siglo después, fabricaron casi 25.000. El director de la empresa, en la que nunca ha entrado capital privado de socios ajenos a la saga, es actualmente C.F. Chris Martin IV, descendiente directo del fundador.

La exposición del MET muestra 35 ejemplares tempranos de guitarras Martin. Ninguna de ellas podría adquirirse en el mercado por una cantidad de menos de seis dígitos. Entre las piezas más destacadas están la primera guitarra que hizo Martin, la primera a la que añadió el barataje en X y la que tocó Eric Clapton —otro ferviente usuario— en las sesiones desenchufadas de 1992.

¿Ganas de comprar una Martin? La web de la marca tiene online los catálogos con características y precios. La más barata es la LXK2 Little Martin, que está a 409 dólares (unos 300 euros), y la más cara, la D-100 Deluxe, vale 115.000 (84.600).

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