A pesar de todo, los vallisoletanos son «poco carnavaleros», reconoció Emi Albalá, de Gráficas Hispania, y los que más disfrutan con convertirse en otra persona son los habitantes de los municipios de alrededor, más que en la capital. «En los pueblos, las peñas tienen mucho tirón y quieren disfrazarse iguales», añadió Emi.
Las dos coinciden en que lo que nos une es la última hora. «Hay algunos previsores, pero los 20 días antes del fin de semana de carnaval son tremendos», informó Guerra.
Ahí es cuando llegan las prisas y las decepciones porque algunos trajes ya están agotados. El de Marilyn, el de bebé y el de conejita Playboy, entre otros, son algunos que ya no se pueden conseguir en la ciudad.
A pesar de todo, la oferta es muy variada (más de 300 modelos en ambas tiendas) y divertida. Todo consiste en echarle imaginación, ganas y dinero.
Diferencias de sexo
Los hombres y las mujeres se disfrazan por igual, pero de diferente manera. A las mujeres les gusta más verse guapas y eligen disfraces cuidados a los que les añaden complementos e intentan peinarse y pintarse de forma adecuada. Los hombres, por el contrario, buscan ser más gamberros y divertidos y pueden disfrazarse con cualquier elemento.
El precio
Traje completo: Depende de su elaboración, pero los hay desde 18 euros en adulto y desde 12 euros para los niños. El límite por arriba es el que ponga el consumidor, hasta 200 euros, o más.
Accesorios: Hay de todos los tipos. Gafas, pelucas, joyas, sombreros... Van desde los 0,50 euros a los 12 ó 13.
Telas: También lo puedes hacer tú. Desde 5 euros el metro.
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