El secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) en Castilla y León, Ángel Hernández, ha admitido que desde la celebración el pasado mes de enero de 2013 del último Congreso Autonómico del sindicato desempeña su función "con más libertad" al no tener la perspectiva de la reelección, ya que de acuerdo con los estatutos de la organización se trata de su último mandato, que concluirá en enero de 2017.

En una entrevista concedida a Europa Press, Hernández ha puntualizado que afronta esta tarea "con la misma responsabilidad" que cuando accedió a la Secretaría General. "Hago lo que creo que tengo que hacer, creo que con la mayoría del consenso de la organización", ha apuntado.

No obstante, sí ha reconocido las dificultades de los últimos años derivadas del aumento de procesos concursales y ajustes de plantillas en empresas como consecuencia de la crisis económica, algo de lo que "era consciente" cuando se presentó a la reelección en enero de hace un año, si bien las cosas "son peores de lo imaginado", aunque ha evitado lamentarse puesto que ocupa el cargo de forma voluntaria. "Yo estoy aquí porque quiero", ha sentenciado.

Un año después de su última reelección, Hernández ha reconocido que ya está "más cerca de acabar que de empezar" y ha analizado las diferencias existentes a la hora de desempeñar su puesto en función del mandato. "El primero es el del aval por ser el nuevo, el segundo es el del refrendo a las actitudes y políticas llevadas a cabo y el tercero es el de la culminación de un proyecto", ha subrayado.

En este sentido, ha valorado los distintos momentos vividos desde que sustituyó al difunto Jesús Pereda al frente de CCOO en Castilla y León en el año 2003, cuando se vivían "momentos gloriosos de crecimiento del sindicalismo", mientras que con el inicio de la crisis "aumentó la mala leche y el sindicato adquirió más un ambiente de tanatorio que de alegría", mientras que esta última fase de su carrera sindical es "más de resistencia y convencimiento".

última reelección

Ángel Hernández también ha valorado el apoyo conseguido en la última cita congresual como una "consolidación" de su proyecto y ha reconocido que Comisiones Obreras actualmente "no tiene una vida combulsa", aunque "tampoco es un balneario" y ha criticado que en muchos de los casos, esos "balnearios" acaban "en un tsunami", ya que "tras los dedazos vienen las luchas".

Así, ha admitido "decisiones duras" que ha tenido que tomar al frente del sindicato en Castilla y León, pero ha advertido de que "para eso están las direcciones", y "no para mirar a otro lado y dejar que las cosas se pudran".

Por último, ha defendido el trabajo de los miembros de CCOO y ha señalado que es en los sitios en los que sus integrantes "no tienen nada que hacer" donde "se ponen a enredar", lo cual "no es el caso del sindicato".