La empresa de las cafeterías del aeropuerto alega que la presidenta del comité sustraía "dinero de las cajas"

La sociedad concesionaria del servicio de cafeterías del Aeropuerto de Sevilla, el Grupo Abades, ha defendido este viernes que el despido de la presidenta del comité de empresa, Isabel Garrucho, responde a causas "disciplinarias", pues según la compañía esta trabajadora habría "sustraído de forma continua y habitual dinero de las cajas".

La sociedad concesionaria del servicio de cafeterías del Aeropuerto de Sevilla, el Grupo Abades, ha defendido este viernes que el despido de la presidenta del comité de empresa, Isabel Garrucho, responde a causas "disciplinarias", pues según la compañía esta trabajadora habría "sustraído de forma continua y habitual dinero de las cajas".

Los trabajadores de estas cafeterías protagonizaron a principio de año uno de los más enconados y largos conflictos laborales de los tiempos recientes con una huelga de 55 días y un encierro en la Catedral, siendo solucionado el asunto con un pacto laboral y la readmisión del trabajador David Oliva, cuyo despido había agitado aún más la liza. Pasados unos meses del conflicto, la unión provincial de CCOO ha advertido de que la presidenta del comité de empresa de las cafeterías del aeropuerto de San Pablo, Isabel Garrucho, ha sido despedida tras una dura "persecución" derivada de su actividad sindical.

Mientras CCOO señala que Garrucho fue despedida "con la argumentación de exceso de utilización de la tecla de corregir y borrar del dispositivo de facturación TPV", extremo que el sindicato encuadra en una persecución encubierta, el grupo Abades defiende que este despido "nada tiene que ver con su actividad sindical ni con el conflicto vivido a principios de año".

"El despido disciplinario llevado a cabo está motivado por las conductas llevadas a cabo por la trabajadora en sus funciones de cajera, ya que con el uso fraudulento de las teclas de borrar y corregir, estaba sustrayendo de forma continua y habitual dinero de las cajas, causando un grave perjuicio a esta empresa, a AENA y al resto de sus compañeros", asegura la compañía, que admite el "revuelo social" derivado de este despido, pero señala que "estas conductas son intolerables a cualquier trabajador y mucho más a una representante de la plantilla".

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