La carrera ha comenzado a las 19.00 horas a las puertas de la piscina climatizada y ha recorrido varias calles de la zona en una prueba que ha tomado auge en los últimos años y para la que no es necesaria una inscripción previa.

Algunos corredores ha realizado una carrera rápida, pero la mayoría ha participado para disfrutar más que a disputar una prueba atlética.

Así se han podido ver juntos a familias con disfraces conjuntados, grupos de jóvenes y no tan jóvenes con distintos atavíos de superhéroes, niños de San Ildefonso con el bombo de la Lotería o las cosas más absurdas y, por supuesto, muchos papas noeles.

Sin embargo el grupo que más ha llamado la atención ha sido uno formado por una decena de jóvenes que han arrastrado un avión de considerables dimensiones en referencia a las aeronaves del aeropuerto de Caudé que el año pasado ha recibido los primeros aviones.

Un avión con una estructura forrada de papel que ha tenido problemas en algunas calles por las dimensiones de las alas, que tenían que levantar para poder pasar entre los coches aparcados en ambas aceras como en la Avenida Ruiz Jarabo.

Esta prueba ha cumplido su 23 edición y lejos quedan los primeros años 90 del siglo XX cuando apenas participaban medio centenar de corredores, eso sí, entonces era una prueba de atletismo y no una fiesta popular en la que prima la diversión y la participación.

La San Silvestre de Teruel está organizada por el Servicio Municipal de Deportes en colaboración con la CAI y el alcalde, Manuel Blasco, ha entregado premios y regalos a la familia más numerosa, al grupo más conjuntado y a los mejores montajes.