Se acaba el año. O mejor, comienza un nuevo año. Ambas cosas serán celebradas cuando el reloj marque sus doce campanadas. Antes de ese momento la cena de Nochevieja volverá a ser una fiesta con mucha burbuja y mucha uva. Los vinos espumosos y en concreto el cava son protagonistas esa noche.
Aunque sea un vino fácil de beber, incluso divertido por su burbujeo, el cava tiene claves para su mejor consumo:
- La temperatura ideal de consumición es de 6-8 ºC, nunca a menos grados para que no pierda propiedades.
- Para enfriarlo, lo mejor es introducir la botella en un cubo con mucho hielo y agua unos 15 minutos antes de beberlo, para evitar así la nevera.
- Para servirlo, usemos copas de cava o champán. Deben ser estilizadas y altas, para que la burbuja forme un rosario.
- No llenemos las copas demasiado: así evitaremos que el cava se caliente. Es mejor servir muchas veces.
Por unos segundos nos olvidaremos de nuestra copa de cava. Llegan las 12 campanadas que indican el inicio del nuevo año. Es el momento de comer una docena de uvas, esa tradición apenas centenaria nacida de un excedente de cosecha. Puede valer todo tipo de uva, pero en España hay una con Denominación de Origen:
Es la uva de Vinalopó, más exactamente “Uva de Mesa Embolsada Vinalopó”. Eso supone un proceso de embolsado artesanal con papel cuando comienza su maduración en julio. Si queremos uvas distinguidas, Vinalopó ofrece los Doce Deseos de Oro: 12 uvas sin pepita, acompañadas de oro comestible. Con o sin pepita, que el nuevo año sea de lujo.
Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!
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