El joven palentino Guillermo Doyague González, de 12 años, será investido este sábado, 27 de diciembre, como Obispillo y recorrerá las calles de Palencia con el deseo de que esta Navidad "todos los niños tengan regalos" con lo que se continúa con la recuperación de esta tradición cuyo origen se remonta al siglo XIII.

La celebración ha sido presentada este viernes en el Ayuntamiento de la capital, donde se ha dado a conocer al joven Obispillo de este año, que es alumno del colegio Blanca de Castilla, forma parte de la Escolanía 'Niños del Coro' desde hace cuatro años y es alumno de violín del conservatorio de música.

El propio Guillermo Doyague ha señalado que al recibir la noticia de que sería el Obispillo se sintió "feliz" pues "ya el pasado año quería haberlo sido" pero por edad no le tocaba. Además ha apuntado que desde su papel de Obispillo pedirá para que todos los niños "puedan tener unas buenas Navidades", así como "iluminación en los parques" que en invierno al anochecer tan pronto se quedan oscuros, reiterará la petición del Obispillo del pasado año de una pista de patinaje sobre hielo y el que "se sigan plantando árboles y cuidando el rio y los patos y cisnes".

El alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, ha comentado que con este acto este sábado "es un día de los bonitos de una Navidad llena de ilusión" que se vive con la esperanza de "un cambio de rumbo y orientación en lo que respecta a la sociedad y la actividad", algo en lo que es "muy importante" el papel de los niños. De igual forma ha recordado que se trata de un acto que pone de manifiesto que Palencia es "una ciudad rica en pasado, en presente y en futuro así como en tradiciones y personas".

En ese sentido, la concejal de Cultura y Turismo, Carmen Fernández, ha indicado que se trata de "un paso más" en la imagen que se quiere dar de la ciudad en Navidad y que espera que, junto al Bautizo del Niño del día 1 de enero, sea una actividad que atraiga a mucha gente a Palencia.

Paje a caballo

La misa que se celebrará a las 18.00 horas en la Catedral de Palencia, y donde se investirá al Obispillo, dará comienzo a la celebración. Tras ello, la comitiva episcopal, que este año cuenta con un caballo más que será en el que se traslade el paje que acompaña al Obispillo, quien irá a caballo, y que se suma a las cuatro burras con alforjas cargadas de mandarinas para repartir a los niños, se trasladará hasta las escalinatas del ayuntamiento.

Una vez allí, intervendrá el Obispillo que realizará sus peticiones y después lo hará el alcalde de Palencia para terminar con la interpretación de un Villancico por parte de la Escolanía 'Niños del Coro'.

Cuando finalice el acto en la Plaza Mayor, la comitiva se dirigirá hasta el final de la calle Mayor, para después retornar por la misma calle hacia Barrio y Mier, Juan de Castilla, Jorge Manrique y Plaza de la Inmaculada, hasta la Catedral.

La comitiva, además del propio Obispillo, el paje y el resto de miembros de la Escolanía que repartirán caramelos, contará con danzantes y la Banda de Cornetas de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia.

El director de la Escolanía `Niños del Coro', Jesús Escudero, ha expresado su deseo de que se repita "el éxito del año pasado" donde el cambio de hora, se pasó la celebración del mediodía a la tarde, fue "un gran acierto". Asimismo ha remarcado que la tradición "es más cristiana y religiosa que pagana", pese a la relación que mantiene con Santa Claus.

Origen del obispillo

La festividad del Obispillo se remonta al siglo XIII, y conmemora la figura de San Nicolás, un obispo que falleció muy joven y que al morir dejó todas sus riquezas a los niños y a los pobres. Según la tradición, durante casi siete siglos, era San Nicolás quien traía los regalos de Navidad, como aun sigue sucediendo en Alemania, Bélgica y otros países de Europa.

En España, sin embargo, en el siglo XIX los obispos decidieron cambiar esa figura por la de los Reyes Magos de Oriente, debido a la paganización que del santo se había producido, fundamentalmente en Norteamérica, donde se había convertido en Santa Claus.

Así, en esa época dejó de celebrarse la fiesta del Obispillo, y se retomó a finales del siglo pasado. Se consideraba que encarnaba a San Nicolás, y se le investía como autoridad eclesiástica el día de la festividad del Santo, el 6 de diciembre, y se convertía en el representante de los niños de la Diócesis ante las distintas autoridades civiles.

Desde el pasado año se ha retomado la tradición europea auténtica, que simboliza la entrega de las riquezas de San Nicolás entre niños y necesitados, y se lleva a cabo el reparto de mandarinas entre los niños que contemplan la comitiva en las calles de Palencia, durante el cortejo.