Isidoro Zamorano: "Hay que creer en el trabajo que hace la Policía"

  • Isidoro Zamorano fue el primer policía que llegó a la estación de 'El Pozo' tras el atentado del 11-M.
  • Narra su experiencia como algo irreal: "Parecía estar en una película".
  • El sindicato CEP cree que hay muchas chapuzas en la investigación, y que eso afectará al juicio.
Isidoro Zamorano, el primer policía en llegar a 'El Pozo' el 11-M. (CEP)
Isidoro Zamorano, el primer policía en llegar a 'El Pozo' el 11-M. (CEP)
CEP
Isidoro Zamorano, el primer policía en llegar a 'El Pozo' el 11-M. (CEP)

Isidoro Zamorano es, por encima de todo, policía. Y lo es las 24 horas desde hace 21 años. El 11 de marzo de 2004, como cada mañana, caminaba cerca del apeadero de 'El Pozo' de la mano de sus hijos. Sin embargo, aquella mañana no iba a ser como las demás.

Pasadas las 7.30, el mundo se le vino encima. En frente de él, una fuerte explosión reventaba el tren que acababa de ver entrar en la estación.

"Metí a los niños en el colegio a toda prisa y me fui para allá (...), allí me encontré humo, ruido, oscuridad y restos humano", recuerda Zamorano, que fue el primer agente de la Policía que llegó hasta el lugar de la explosión.

Espectáculo dantesco

Aunque no era el primer atentado que vivía -sufrió dos ataques de ETA en la casa cuartel de Basauri- años antes, el escenario dantesco con el que se encontró no era comparable a nada de lo que había visto antes.

Tenía la sensación de estar dentro de una película, nada parecía real

"Tenía la sensación de estar dentro de una película, nada parecía real (...), a los pocos minutos comenzaron a llegar compañeros, y comenzamos a improvisar, a rescatar a gente, a trasladarlos".

Una de las cosas que más le llamó la atención a Zamorano fue el silencio de los heridos. Nadie gritaba, nadie se quejaba.

Entre improvisación e improvisación comenzaron a llegar nuevas noticias. Ha explotado otra bomba en Atocha, y otra en santa Eugenia, y otra...

"Una de las primeras cosas que hice fue llamar a mi mujer, que trabaja en el Gregorio Marañón (...), le avisé de que había pasado algo muy gordo, y que debían estar preparados", afirma Zamorano.

La mochila

Pasaban los minutos, y poco a poco la improvisación -que nunca abandonó el lugar del atentado- comenzó a coordinarse "como un reloj".

En un momento dado, uno de los agentes que estaba colaborando encontró una mochila.

"Cometió el error de cogerla y llevársela lejos, algo que jamás hay que hacer", matiza Zamorano. Los Tedax harían explotar la bolsa poco más tarde.

Otra de las mochilas que aparecieron en 'El Pozo', ya por la noche, ha sido utilizada por algunos sectores como argumento en la denominada 'teoría de la conspiración', que sugiere que alguien la colocó entre las bolsas halladas para confundir a los investigadores a la hora de analizar los explosivos utilizados por los terrorista.

Una investigación "parca"

Pocos son los policías que ponen en duda la buena fe de los investigadores del 11-M. "El trabajo de los compañeros proporcionó grandes resultados en muy poco tiempo (...), pueden haberse producido errores, pero dudo que haya algo ilegal detrás del 11-M", confiesa Zamorano, quien cree que el juicio será útil porque "van a hablar todas las partes".

Más allá va Lorenzo Nebreda, secretario nacional del sindicato CEP. Para Nebreda, el día de los atentados se trabajó muy bien, pero la investigación ha sido desastrosa.

El ácido bórico sería una anécdota si no fuese por el oscurantismo

"No soy partidario de ninguna teoría conspiratoria, pero la investigación de los funcionarios ha sido muy parca", asegura Nebreda.

Las chapuzas, las prisas y, en definitiva, el afán de acabar cuanto antes, han provocado que muchas de las vías de investigación se cierren en falso, lo que ha dado lugar a suspicacias.

"El ácido bórico, por ejemplo, se habría quedado en anécdota si no hubiesen actuado con tanto oscurantismo", considera Nebreda, quien le echa la culpa de todo esto al hecho de que haya sido el Gobierno de turno el que ha puesto "a dedo" a los altos cargos policiales.

"Las cúpulas policiales deben elegirse por los méritos de los profesionales, y no por los intereses políticos", opina el secretario nacional de CEP.

El juicio, la verdad

Llegados a este punto, y con estos precedentes, son muchos los que desde la Policía prevén que la mala investigación va a pasar factura en el juicio.

"¿Quién tenía este interés en que todo acabase cuanto antes?", se pregunta Nebreda, quien cree que los máximos perjudicados serán las víctimas, para quienes el proceso judicial no es otra cosa que un modo de alcanzar la verdad.

"Las víctimas se lo merecen todo, s emerecen que los culpables paguen por lo que han hecho", concluye el secretario de CEP.

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