Una decena de artistas nacidos en los EE UU y residentes en el país se han reunido para intentar dar respuesta a una pregunta con implicacines necesariamente sociales, políticas y económicas: ¿qué significa ser estadouniodense hoy? El resultado de las respuestas plásticas, en forma de pinturas y esculturas, es la exposición colectiva Corpus Americus.

El título de la muestra toma como refente el hábeas corpus (en latín, cuerpo presente), el derecho a todo detenido por el Estado a ser presentado con la mínima dilación ante un responsable judicial, para reflexionar sobre el ser estadounidense en estos tiempos en que la salvaguarda juríca es sometida a una "frecuente arbitrariedad" en la forma de aplicación. Si de la exposición fuera necesario extraer una sola respuesta, ésta sería que la libertad individual está en un mal momento en el país más poderoso del mundo.

Los artistas reunidos en Corpus Americus, que se exhibe hasta el 18 de enero en la galería Driscoll Babcock de Nueva York, son claramente críticos con la situación de los EE UU y optan, dicen los organizadores, por representaciones del cuerpo humano como el "símbolo más apropiado de nuestras vidas individuales y nuestro destino compartido" porque está situado fuera de las "jerarquías sociales". Quieren mostrar al espectador en que momento se encuentra la representación artística de la "evolución de la identidad americana individual y colectiva".

Los participantes han sido seleccionados por el comisario Dexter Wimberly, un nativo de Nueva York que trabajó con la idea de reunir a "artistas capaces de mostrar la belleza del arte contemporáneo"de los EE UU. Entre los participantes dominan los retratistas e incluso quienes no practican el género "están interesados en hacer frente a las nociones convencionales de la identidad y la representación".

Una de las obras más audaces de la colectiva es Fearless Foursome (Los cuatro sin miedo, 2013), un óleo con acrílico de gran formato de Derek Fordjour que representa a los jugadores, todos negros, y al entenador blanco de un equipo de baloncesto. El artista, que elige para el cuadro el acabado de un antiguo cartel de variedades o circo, juega con las "implicaciones económicas, políticas y psicosociales" para "analizar la estructura de poder de los deportes, la política de las recompensas y sanciones, el mérito y el castigo".

Valerie Hegarty, con esculturas con metales oxidados que coloca en lugares abandonados de la ciudad, explora "el lado más oscuro del expansionismo y el mercantilismo". La artista cambia el uso de los objetos y transforma un armario de ropa de un hogar rico en un resto marino cubierto de moluscos que parece haber sobrevivido a un naufragio.

Los otros ocho artistas que participan en Corpus Americus son Margaret Bowland, Caitlin Cherry, Doron Langberg, Simone Leigh, Mario Moore, Jenny Morgan, Jennifer Packer y Nathaniel Mary Quinn. Todos son jóvenes y pertenecen a las nuevas camadas de creadores emergentes de los EE UU.