Un sistema de seguridad para evitar el vuelco de las porterías en los patios de colegios o en instalaciones deportivas ha sido inventado por el malagueño Francisco Caro, que ha utilizado su experiencia como profesor durante cuarenta años, en los que ha tenido algún "susto".

Caro, que tiene casi treinta inventos, ha declarado que existen muchos sistemas que se utilizan para reforzar las porterías como el anclaje o la tornillería, pero éstos algunas veces, por el simple olvido o por el robo de algún material (ya que no son instalaciones vigiladas 24 horas), no son efectivos.

Este "airbag", como él lo denomina, está formado por dos tubos a semejanza de un amortiguador hidráulico, que en este caso actúa con muelle, y cuyo funcionamiento se basa en que al intentar volcar la portería mediante cualquier forma de apoyo, se desplaza hacia el exterior un vástago en cada extremo que termina en rueda y hace posible que no vuelque.

Caro ha explicado que esto se realiza mediante el accionado de un gatillo inverso que se puede adaptar a distintas alturas, y que el sistema "salta rápido pero sin fuerza", de modo que el profesor o monitor puede cargarla nuevamente. Además, ha detallado que se puede utilizar para el traslado de la portería de un lugar a otro, gracias a las ruedas que contiene.

La idea es dotar a la portería de un "airbag interno" que sólo funcione cuando exista peligro de caída o vuelco, y por todo ello el sistema es compatible con cualquier otro tipo de seguridad, de modo que éste salte como elemento final cuando los demás fallen.

Por su propia experiencia, Caro ha añadido que estos accidentes suelen suceder cuando el patio se usa como lugar de espera, a la entrada o salida del colegio, o como recreo, ya que en estos momentos no suele haber nadie vigilando.

La colocación del sistema es en forma de riel, "se mete dentro de la cavidad que tiene el tubo de sujeción de la red", ha indicado el malagueño, y se puede acoplar a porterías ya instaladas "con máxima facilidad y mínimo costo".