El TSJA confirma la absolución del ganadero de Rute que disparó en la noche a un intruso que murió

Destaca que disparó a "la zona de oscuridad con la finalidad de advertir y no alcanzar a nadie en particular"
El ganadero de Rute en juicio
El ganadero de Rute en juicio
EUROPA PRESS
El ganadero de Rute en juicio

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la sentencia absolutoria de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Córdoba sobre el ganadero de Rute, después de que el Tribunal del Jurado lo considerara no culpable de los hechos por los que se le acusaba, en relación a la muerte de un varón que entró de noche en su finca de la citada localidad cordobesa supuestamente para robar, momento en el que el propietario de la parcela disparó tras escuchar sonidos y ver siluetas.

En concreto, la sentencia del Alto Tribunal andaluz, a la que ha tenido acceso Europa Press, desestima el recurso de la acusación particular, que ya ha anunciado que interpondrá recurso de casación ante el Tribunal Supremo (TS), y confirma la resolución impugnada "en todos sus extremos". La Fiscalía Provincial solicitaba una pena de un total de ocho años de prisión, con la atenuante de confesión y eximente incompleta de legítima defensa, si bien tras el fallo de la Audiencia en base al veredicto del jurado decidió no recurrir.

Al respecto, la resolución del TSJA señala que "es procesalmente imposible condenar al acusado por un delito de homicidio doloso o asesinato" y resulta "vinculante la conclusión de que disparó a la zona de oscuridad con la finalidad de advertir y no alcanzar a nadie en particular", al tiempo que precisa que esta conducta "no resultaría de todas formas atípica", pues, "al no cuidar de dirigir los disparos al cielo o una zona donde tuviera la seguridad de no dañar a nadie, podría estar incurriendo en un homicidio imprudente".

Sin embargo, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía precisa que "ninguna de las acusaciones formuló acusación por tal delito ni siquiera como alternativa, ni ha sido admitido expresamente por el acusado".

En este sentido, la sentencia de la Audiencia Provincial de Córdoba relata que el día 27 de noviembre de 2010, sobre las 21,00 horas, el ganadero, que estaba en el interior de una sala habilitada como vivienda en la finca, donde moraba desde hacía algún tiempo por razones personales, oyó el ladrido de los perros y, seguidamente, alboroto de las cabras que se hallaban en la parte cubierta del corral. Varios días antes había encontrado en el corral una cabra degollada.

Por ello, cogió entonces la escopeta y la cargó con dos cartuchos de perdigones. Estaba muy nublado, por lo que apenas se adivinaban las siluetas y las sombras. En ese momento, un hombre, de nacionalidad marroquí, había entrado en el corral saltando la valla de la finca.

Al verle en el corral de su explotación, el acusado "sintió miedo, que le dominó, siendo el temor sufrido, en dichas circunstancias, no controlable por una persona normal, al tiempo que era la razón primordial de sus acciones", según la resolución de la Audiencia Provincial.

A continuación, efectuó, desde el interior de la nave, dos disparos desde la puerta lateral junto a una ventana que da al corral, "corral que no tenía visibilidad, efectuándose en posición horizontal del arma", cuando se hallaba a menos de cuatro metros de distancia de la víctima, "tratando al disparar de defenderse de la entrada en su propiedad de una persona que pensaba que podía agredirle y que pretendía robar".

Uno de los dos disparos alcanzó al varón y le provocó lesiones que le causaron la muerte. En el momento de los hechos, la víctima portaba en su mano izquierda un llavero que contenía varías llaves y una pequeña navaja abierta de tres centímetros de hoja.

Avisó a la policía

Posteriormente, sobre las 21,20 horas, el ganadero llamó por teléfono a la Policía Local de Rute, luego a su hermano y, más tarde, a la Guardia Civil. Cuando contactó con la Policía Local le dijo al agente con el que habló que "le había pegado a uno dos tiros, que no sabía si lo había matado y que él estaba encerrado en la nave", precisa la sentencia.

Cuando llegaron a la finca los agentes de la Policía Local comprobaron que la cancela estaba cerrada con candado, pero la abrieron con las instrucciones que les había dado el propietario, quien abrió la puerta de la nave y les entregó la escopeta con la que había disparado, con dos cartuchos sin detonar.

Los agentes de la Policía Local, que habían avisado ya a la Guardia Civil, observaron con linternas y tras saltar la valla metálica del corral, que en el mismo yacía el cuerpo de un hombre y que no se movía, momento en el que avisaron a los servicios sanitarios, que después confirmaron el fallecimiento.

Preso de "la ansiedad y el estrés"

Durante su declaración en el juicio con jurado celebrado en mayo de este año, el ganadero reconoció ante el juez, como ya hizo en su primera declaración, que pegó dos tiros y uno de ellos alcanzó al hombre, pero en ese momento era preso de "la ansiedad" y "el estrés", lo que le llevó, en su opinión, a disparar.

También, destacó que temió por su vida cuando observó "al menos tres siluetas" en el corral de la finca después de escuchar algunos ruidos de animales, motivo por el que estaba en un estado de "tensión muy grande" y no supo reaccionar, porque le daban "escalofríos", según el relato del procesado, quien comentó que ante esta situación se fue a donde tenía su escopeta y posteriormente disparó al hombre.

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