El delegado de la Junta en Cádiz, Fernando López Gil, y el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), José Luis Blanco, han presentado este jueves los restos arqueológicos encontrados en los dos pecios hallados en el transcurso de las obras de ampliación de la estación de contenedores del puerto gaditano, cuya recuperación ha requerido de una inversión de más de dos millones y medio de euros que salen de los 120 millones de euros destinados a las propias obras.

En una rueda de prensa ofrecida este jueves, López Gil ha resaltado que, "tras varios años de trabajo y una inversión importante", han conseguido catalogar lo que tienen esos pecios, saber el origen de los mismos y la actividad que estaban desarrollando.

En este sentido, López Gil ha expresado el deseo de la Junta de que "el patrimonio subacuático recuperado sirva como lanza en Cádiz para el turismo relacionado con la riqueza subacuática y el patrimonio histórico vinculado al mar".

El delegado de la Junta en Cádiz ha informado de que los pecios hallados pertenecen a los siglos XIV y XVII, tratándose de un buque comercial el más antiguo de los dos y de un buque militar "casi con toda probabilidad español", el otro.

Por su parte, el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, José Luis Blanco, ha indicado que "primero se hicieron unas pruebas geofísicas, que consisten en realizar como una radiografía del fondo submarino, pero como había una capa de cinco metros sobre los pecios no se advirtió en ese estudio de la presencia de los pecios".

"A través de la actividad de dragado, aparecieron los pecios y la inversión en actividades arqueológicas, dentro de los 120 millones de euros que se destinan a la ampliación de la estación de contenedores, ha sido de más de dos millones y medio de euros", ha detallado Blanco.

En los trabajos de prospección del entorno original del pecio militar se localizaron, documentaron y recuperaron 27 cañones de hierro de diversas medidas que oscilan entre el metro y medio y los tres metros de longitud, 16 lingotes de plata, cerámica variada, balas de cañón, dos anclas de hierro o diversas suelas de cuero, entre otros restos.

El navío que conservaba un total de 20 metros de eslora y siete metros de manga cuando fue descubierto, destacando a existencia de 27 cañones de hierro de diversas medidas, "que posiblemente fueran fabricados en Suecia dado que, en esta época, era este país el que surtía de cañones de hierro a las grandes potencias marítimas del momento".

También se han localizado 23 lingotes de plata "de distintos tamaños y formas, unos procedentes de México y otros de Potosí, algunos de los cuales que podrían venir de contrabando dado que, por los estudios realizados hasta el momento, no contenían el sello que indicaba el pago del impuesto pertinente", así como "diversas pesas de plomo, un pequeño ponderal de oro, cerámica variada o un astrolabio de bronce entre otros.

En el pecio destinado a actividad comercial se localizaron dos cañones de bronce "de idéntico tamaño y forma de fabricación", situados uno en el entorno de popa y el otro en la zona media del pecio, así como una gran concreción formada por cinco cañones de bronce, dos de hierro y dos anclas también del mismo metal.

Este navío conservaba un total de 27 metros de eslora y siete metros de manga y su construcción naval se corresponde con un sistema de construcción de tradición mediterránea. Entre los materiales localizados resalta "la existencia de siete cañones de bronce de distintas longitudes fabricados en Génova a finales del siglo XVI, dos cañones de hierro y dos anclas del mismo material".

Además, se han recuperado "elementos cerámicos como botijas, muchas de las cuales aún conservan el tapón de corcho que las cerraba y en cuyo interior se pueden apreciar restos de aceitunas junto con su aliño o salmuera los cuales están pendientes de análisis", a lo que se suman "restos de barriles de distintos tamaños y cajas de madera con contenidos diversos como frutos, tabaco o lo que parece ser cochinilla que, empleada como tinte, era considerada como un producto de lujo".

En la actualidad se están ejecutando en la zona donde se ubican los pecios los trabajos de dragado "necesarios para asegurar el calado que facilite el atraque y las maniobras a los barcos contenedores". Asimismo, se están llevando a cabo tareas "encaminadas a la eliminación de sales solubles y a la estabilización de los materiales arqueológicos extraídos durante la excavación de los pecios, con objeto de evitar la degradación de los bienes".

El presidente de la APBC ha reseñado la "línea de colaboración" con el Centro de Arqueología Subacuática (CAS) y la Delegación territorial de Educación, Cultura y Deporte, por la que se ha felicitado haciendo extensiva la felicitación a "los profesionales que la han llevado a cabo todo este trabajo". En este sentido, ha informado de que los pecios "están en el mar todavía sumergidos: uno lo hemos desplazado y otro está tapado a expensas de que se quiera seguir investigando".

Por último, ha señalado que la presentación de los hallazgos "ayuda a comprender lo que hace el CAS, que no es sólo descubrir restos subacuáticos sino preservarlos", al tiempo que ha asegurado que "estos restos se hubieran destruido si no se hubieran tratado".