Clint Eastwood en la Berlinale: "La guerra no tiene nacionalidad"

  • El director norteamericano, reconvertido en "japonés", presentó Cartas desde Iwo Jima.
  • Rodada en japonés y con actores de esa nacionalidad, la película relata una batalla de la II Guerra Mundial desde la "otra perspectiva".
Clint Eastwood en la Berlinale, momentos antes de presentar 'Cartas desde Iwo Jima'.
Clint Eastwood en la Berlinale, momentos antes de presentar 'Cartas desde Iwo Jima'.
JOHANNES EISELE / EFE
Clint Eastwood en la Berlinale, momentos antes de presentar 'Cartas desde Iwo Jima'.
Clint Eastwood acudió a la Berlinale como director "japonés" de
Letters from Iwo Jima, la película que da la vuelta a la Guerra del Pacífico y se coloca en la perspectiva nipona, convencido de que no hay un heroísmo de principio y que los efectos de una guerra no tienen nacionalidad.

"Ahora que soy un director japonés...", se presentó irónicamente el actor y director estadounidense tras la proyección de su film, una poderosa historia donde Eastwood da una lección de maestría fílmica.

Eastwood ha rodado la película en japonés, con actores de esa japoneses y con la intención de reflejar los valores de ese pueblo. "Simplemente asumí el desafío de colocarme en el lugar de los otros, de los defensores de la isla de Iwo Jima, no de los americanos; de entender su sensibilidad, aunque no comprenda su lengua, sus sentimientos", explicó.

Rodada tras "Banderas de nuestros padres", Eastwood vuelve sobre ese mismo episodio bélico, una de las batallas más sangrientas de la Guerra del Pacífico, en que cayeron 7.000 estadounidenses y 20.000 japoneses.

"En todo film se aprende algo, yo al menos así lo espero, y espero acordarme luego de ese algo que aprendo", prosiguió Eastwood, fresco de piel y de mente, a sus 76 años.

Las lecciones de un director

En este caso, su lección fue que "los efectos de una guerra no tienen nacionalidad, son los mismos para todos", sean "soldados de 19 años estadounidenses o soldados de la misma edad japoneses, a los que se manda a una guerra".

Una segunda lección fue que no existe un heroísmo de principio, sino que el individuo "se comporta o no como tal, según la situación en que se encuentra".

Eastwood fue recibido como un auténtico héroe por la Berlinale, a gritos de "bravo" y entre ovaciones como no se habían escuchado en esta edición del festival, a pesar de que su film no va a concurso.

Cartas desde Iwo Jima, rodada en "casi blanco y negro" -ese es el tono que Eastwood decidió como apropiado para su film-, se centra en unos cuantos personajes, soldados u oficiales a los que retrata a partir de unas cartas halladas enterradas en la isla.

Son las cartas que iban a enviar a sus familias soldados a los que de pronto se les ordena "morir dignamente", de acuerdo al principio de suicidarse, antes que caer prisioneros.

Eastwood acudió a la Berlinale acompañado de tres de sus protagonistas -Ken Watanawe, Kayunari Ninomiza y Tsuzoshi Ihara-, según los cuales la película da una perspectiva para ellos desconocida de esa batalla.

"En la escuela no se enseña esa lección. O no se enseña así", explicó Watanawe, para añadir que rodar con Eastwood le brindó, además, la ocasión de ver las cosas desde otra pespectiva.

El propio director desestimó la posibilidad de "fusionar" ambos filmes, Banderas de nuestros padres y Cartas desde Iwo Jima: "Eso es más fácil de decir que de hacer. Lo más probable es que no saliera nada bueno", dijo.

Además de la película de Eastwood, centro de atención durante la jornada de ayer, Brasil y Argentina desembarcaron en la Berlinale con un cine intimista y arriesgado, centrado en las relaciones humanas, como demostraron Deserto Feliz, de Paulo Caldas, y la ópera prima del argentino Santiago Otheguy, La León.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento