A su derecha, una pista de baloncesto con parches. En este caso, hay una malla detrás de la canasta que da a la calle, pero sin protección en los laterales. De aquí a los columpios hay unos ocho metros de distancia donde el agua de la lluvia acumulada ha pasado ya de charco a charca.

La valla de madera que rodea tanto al tobogán como a los balancines se tambalea. Sus tablones acaban en pico, por lo que resultan tan peligrosos como las aristas de la fuente octogonal que hay delante. Los perros sueltos juegan donde deberían hacerlo los niños y en el mismo lugar hacen sus necesidades.

La poda tampoco ha llegado hasta aquí, así que las ramas de los plátanos se entrelazan. Árboles que, en primavera, son el terror de los alérgicos por el polen que sueltan durante esta estación y el verano.

Cuando nada parece que pueda ser peor, encontramos las vías del tren. Detrás del parque, separadas por una valla de tan sólo un metro y medio de alto. Los bancos a sus pies recuerdan a los padres que no se pueden descuidar.

En areal

Extensión 100 metros cuadrados  w Semáforos No hay en los pasos de cebra de esa zona de la calle w papeleras Sólo tiene una w fuente Hay un grifo detrás de la cancha de fútbol w Cuidado falta de limpieza. Hojas, piedras, ramas y charcos llenan el suelo.

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