Es una palabra fácil. Además, las moscas implican libertad, volar. Me gustaba y transmite lo que encierra mi disco.

¿Qué tiene de especial?

Es orgánico, apasionado, está cargado de armonía y de amor, pero también con melodías fuertes e intensas, de esas que llegan al corazón, de esas que creo que sólo se hacen sin ayuda tecnológica.

¿No utilizó ningún elemento electrónico?

No, esta vez no. Quise hacer un disco moderno, pero con sonido vintage, algo más puro musicalmente hablando, canciones que lleguen. Quizá por eso me encerré a componerlo en mi refugio.

¿Y cuál es ese refugio?

Mi casa en la Toscana. Me enclaustré durante unos seis meses y me dedicaba exclusivamente a componer con el piano, mi guitarra y la voz, nada más. Era una manera de arrancarme de una forma más directa la melodía que tenía en la cabeza; y las letras, también.

¿Hacia dónde le lleva esta nueva fase?

Voy a seguir en la línea de Fly, con melodías puras y letras que lleguen a la gente. Las canciones, más que otra cosa, se sienten.

¿Para cuándo la gira?

Arrancará en breve y a comienzos de verano seguramente iré a España.

Bio

Nació en 1955 en la Toscana (Italia). Su nombre real es Adelmo Fornaciari, pero le llaman Zucchero (azúcar) por sus mofletes rosados.